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miércoles, 9 de enero de 2013

NARIÑO - Federalistas y Centralistas : Batalla de San Victorino

9 de enero de 1813. Antonio Nariño y Alvarez y los ciudadanos de Santafé derrotan las fuerzas federalistas que pretenden a sangre y fuego,  tomarse  Santa Fé
Antecedentes
Después de los acontecimientos del 20 de julio de 1810 en Santa Fé y de la firma y proclamación del Acta Magna, Nariño, que entonces  se encontraba confinado en la inhumana cárcel de Cartagena, completaba , en aquel año 1810,  16 años de prisión por la
Traducción de Los Derechos del Hombre, [ efectuada en 1793 y  por ello encarcelado desde Agosto de 1794]   fue liberado por los patriotas hacia el mes de septiembre de 1810, no obstante,  sólo hasta  diciembre logró regresar a la capital no sin antes  superar incontables dificultades y trámites, entre ellos, la petición expresa a la Junta Suprema que elevaron su esposa doña Magdalena Ortega,  don José María Carbonell y numerosos de sus partidarios que se presentaron ante La Junta solicitando que se cubrieran los gastos del retorno del Precursor a Santafé; acción con la que consiguieron por fin que la Junta accediera a sufragar el retorno de Nariño a la capital.  Nariño ingresó a Santafé el 8 de diciembre de 1810 y en ese mismo mes, el día 22 recibió el nombramiento de Secretario del primer Congreso Neogranadino de Diputados y, como su asesor,  el abogado y prócer de la Independencia Crisanto Valenzuela Conde.
La primera comisión que recibió Nariño de El Colegio de Diputados, fue iniciar la redacción de La Primera Constitución que debía regir Cundinamarca. Momento álgido, puesto que  al interior del Congreso se manifiestan abiertamente las contradicciones y surgen los primeros conflictos ante las diversas tendencias y expectativas por parte de los Diputados; por ejemplo, el líder criollo Camilo Torres y sus seguidores,  eran partidarios de mantener el territorio tal como estaba, con los mismos  líderes y su poder respectivo, que se lograría, estableciendo una  Confederación  de  Provincias "para que las provincias queden como están";  mientras que el otro grupo, manifestaba que lo prioritario en ese momento, dadas las circunstancias, era fortalecer un  Poder Central del Estado y sus instituciones, para así, enfrentar unidos las contingencias que resultaren de las acciones independentistas.
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14 de julio de 1811
primer número de la Bagatela
Archivos  Blaa
Antonio Nariño informó a los Diputados sobre la vulnerabilidad  del gobierno, los riesgos que corrían tanto los independentistas como el territorio y además, enfatizaba, que el fortalecimiento del Estado y sus Instituciones no sería posible  con  una nación confederada. Proponía  que a cambio,  debía pensarse la posible reacción militar  por parte de España, por lo que el paso a seguir, era  organizar una nación unida, instituciones fortalecidas y el poder Centralizado  con representantes de cada provincia.
Jorge Tadeo  Lozano, tenía otra propuesta:  Que el territorio se integrase solamente en cuatro grandes provincias; Torres Tenorio se opuso también a la propuesta de Lozano pues muchas provincias perderían liderazgo. Y Nariño se esforzaba por lograr  la unión mediante representantes conformando un poder centralizado. este, fue el contexto del primer Colegio de Diputados que En marzo de 1811 promulgó la primera Constitución de Cundinamarca, que aunque reconocía al Rey, lo instaba instaba  a gobernar personalmente el estado de Cundinamarca, o en su defecto debía nombrar un representante criollo para que lo representase. el Congreso aprobó la Constitución, tal cual,  y salió elegido presidente don Jorge Tadeo Lozano. 
 El enfrentamiento entre los miembros del Congreso se  fue  agudizando cada día; Nariño,   como el ave fénix,  resurge  fortalecido en el ámbito político y,  el 14 de Julio de 1811, día en que se completaban 22 años de la toma de La Bastilla y, fecha que se toma como inicio  de  la Revolución Francesa, publica el primer número de su periódico La Bagatela, impreso por la Imprenta Bruno Espinosa de Los Monteros, su cercano amigo.
Fragmento de la Bagatela de Septiembre 1811
Desde La Bagatela Nariño   defiende el Centralismo, explica a la opinión el peligro al que se expone  la patria si se instaura la federación y  argumenta la necesidad de la unión nacional. 
El resultado de la posición de Nariño provoca que  pueblos de distintas provincias se desliguen de estas y se anexen a Cundinamarca; Camilo Torres se traslada a Tunja a liderar los Federalistas y su proyecto de Provincias Unidas mientras desde allí mismo combate  las ideas de Centralismo de Nariño; Jorge Tadeo Lozano en septiembre  renuncia a la presidencia  y el Congreso vota y elige a Nariño presidente interino.
Carracos y Pateadores
En Santafé aparecen pasquines en contra del Centralismo y de Nariño, los centralistas arrancan dichos pasquines y los pisotean, por lo que los federalistas los denominan "pateadores";  mientras estos llaman "carracos" a los promotores de la destrucción de los pasquines; de allí se deriva el nombre de "Carracos" para los Federalistas  y "Pateadores" para los Centralistas.
En noviembre se programan nuevos  comicios;  como puede observarse, unas provincias apoyaban a Torres y otras a Nariño. En diciembre del mismo año 1811, Nariño es confirmado Presidente de Cundinamarca. El Presidente Nariño convoca de inmediato los delegados de Santafé, que entonces se denominaban la Junta de Padres de Familia y,  estos aconsejan un pacto con Tunja; Los Diputados entonces se reúnen en Ibagué y Tunja accede a firmar el pacto si son efectuadas modificaciones que propone unilateralmente; tales como: que todos los pueblos que se hayan anexado a Cundinamarca deben contar con la aprobación  de Tunja. El Colegio electoral de Santafé  rechaza dichas modificaciones;  las ciudades de Chiquinquirá, Villa de Leyva y Sogamoso se anexan a Cundinamarca y Tunja liderada por Torres Tenorio decide enfrentar militarmente a Santafé.
Antonio Baraya
El presidente Nariño en su posición, debe exigir que   los límites de Cundinamarca, incluidas  las nuevas anexidades, sean respetados; Así que envía las tropas de Cundinamarca cuyo comandante era  Antonio Baraya, y su plana mayor Joaquín Ricaurte y Francisco José de Caldas. Tunja reclama que el ejército de Cundinamarca debe obedecer a Tunja.  Casanare y Pamplona  amenazan con anexarse a Venezuela si Baraya no accede a la petición del gobierno de  Tunja. Antonio Baraya, sin pensarlo tanto, [probablemente porque era pariente de Camilo Torres]  cuando llega Tunja, enviado por Nariño, se declara bajo las órdenes del Gobierno de Tunja junto con las tropas   de Cundinamarca.  Muchos soldados del ejército rechazan esta acción y se devuelven a Santafé, y otros tantos, se quedan con Baraya en Tunja. 
Nariño como presidente se ve obligado a defender la soberanía y el gobierno, logra reunir una tropa de escasos 800 hombres mal armados y marcha sobre Tunja y la ocupa. El brigadier Pey, comandante de las fuerzas de Nariño es derrotado en Santa Rosa cuando sale en persecución de Juan Nepomuceno Niño; Nariño se ve forzado a firmar un tratado y se programa una reunión de Diputados de Santafé y Tunja  en Villa de Leyva y regresa a Santafé.
Camilo Torres Tenorio
Posteriormente, se reúnen En Villa de Leyva  los Diputados delegados de provincias; Nariño, cumpliendo el tratado, envía  diputados de Cundinamarca:  Manuel Bernardo Álvarez y Luis de Azuola, quienes son  atacados, verbalmente, por  Camilo Torres y otros diputados de Tunja que se oponen e impiden  que los representantes de Cundinamarca, expliquen, ante los demás representantes, el porqué la necesidad de unir  las provincias en un estado fortalecido y centralizado; La Vocería de Torres rechaza el  Centralismo  y ordena  la detención de  los Diputados de Cundinamarca  en la cárcel de Tunja. 
Entre tanto en Santafé,  La Asamblea de Diputados, en pleno, rechaza el incumplimiento del tratado por parte de Tunja y el encarcelamiento de los Diputados de Cundinamarca y autoriza a Nariño para declarar a Cundinamarca desligada del pacto de las Provincias Unidas y le ordena organizar, como sea posible,  un ejército para la defensa.   Entre tanto Tunja ordena a Ricaurte comandar la tropa que saldría hacia la capital; el presidente Nariño logra conformar con los santafereños y cundinamarqueses que acuden, un ejército de aproximadamente 1.500 hombres, mal armados, puesto que el ejército de Cundinamarca junto con pertrechos, armas y municiones ahora, por decisión del Capitán Baraya se encontraba adherido a Tunja; 
Nariño, con su mal armado e inexperto ejército, se dirige a enfrentar el otrora ejército de Cundinamarca; en Ventaquemada se produce el encuentro al día 2 de diciembre de 1812, las escasas fuerzas de Cundinamarca son derrotadas y Nariño regresa de inmediato  a Santafé. Torres Tenorio, junto Baraya y sus partidarios, ante esta victoria,  deciden avanzar para atacar  y tomarse Santafé a sangre y fuego, seguros de obtener una segunda y arrasadora victoria Sobre los Santafereños y Nariño.
[...]A mediados de Diciembre se supo que Baraya, acompañado por la florinata de los federalistas, avanzaba al fin por el camino de Zipaquirá y que para animar á sus tropas les había ofrecido permitirles saquear la capital y aprovecharse de sus riquezas. 
Semejante noticia llenó de agitación y espanto á toda la población. El Gobierno mandó fortificar los principales puntos de los afueras de la ciudad y se mandó que todo varón de 15 á 60 años se alistase en los cuarteles.
El Cabildo y el clero se reunieron para acordar que se enviase una Diputación al jefe de las tropas enemigas para tratar de evitar un rompimiento y hacer todo esfuerzo impedir que compatriotas y hermanos se fueran á las armas.[...]  (tomado de Biografía del General Antonio Nariño, por soledad Acosta de Samper)
Las tropas de Cundinamarca ahora iban contra Santafé bajo las órdenes de la Federación de Provincias, Nariño preocupado por este fatal y fratricida enfrentamiento, envía su primer propuesta de paz al comandante Baraya, este  rechaza la propuesta y exige   a Nariño la rendición discreción. Nariño no puede obligarse a entregar la ciudad, exponerla al pillaje y demás consecuencias, así que  envía una segunda propuesta, esta  de armisticio; Baraya  rechaza por segunda vez la propuesta de Nariño y Le anuncia: "Que entrará a sangre y fuego y con degüello general" . 
Nariño,  no obstante la respuesta de Baraya, realiza un último intento para impedir el cruento combate  y envía a Antonio Baraya una carta personal, en la que le recuerda que las familias de todos (incluso del propio Baraya) habitan   la ciudad y  se encontrarían  en riesgo si se lleva a cabo el enfrentamiento; Nariño  termina la carta con el siguiente párrafo:
"Envolvamos pues nuestra Patria en luto, ya que así lo quieres, y quizás te desengañarás de que nada hay más incierto que tus pretendidos triunfos (los de Palo-blanco y Venta-quemada). Por mi parte jamás cerraré los oídos á la razón, cuando me la propongas... Adiós, quizás para siempre.
ANTONIO NARIÑO."
Combate: 
Nada hizo desistir, de las ansias de guerra,  a los líderes y comandantes de Tunja, de las Provincias; El presidente Nariño sin más opciones, convocó  para la defensa de la ciudad a todos los hombres desde los 15 hasta los 60 años; los santafereños aunque consternados y temerosos por el  oscuro e incierto desenlace, acudieron a cumplir el llamado de Nariño,  el clero lideró rogativas incesantes en las iglesias, Nariño nombró Generalísimo de las tropas de Cundinamarca a Jesús Nazareno, y a la imagen que se encontraba en la Iglesia de San Agustín, le fue impuesta la escarapela del Gobierno de Cundinamarca;   luego fue sacado en procesión  desde la Iglesia  hacia las calles de Santa Fé, donde permaneció para veneración; a su vez, a todos y cada uno de los integrantes de las fuerzas de defensa de la ciudad les fue entregada  una escarapela para ser usada en el brazo que contenía el distintivo de Jesús: JHS.
Al amanecer del día 9 de enero de 1813, hicieron su aparición los contingentes del ejército rival que sumaban, según registros, más de tres mil hombres portando las armas que antes habían pertenecido a Cundinamarca; se ubicaron en las entradas de la ciudad:  Girardot con su tropa en Monserrate, Baraya con sus hombres se había distribuido por La Estanzuela, La Huerta de Jaime ( hoy plaza de los mártires) y San Victorino. A las 5.30 de la mañana empezó el combate, los invasores en sendas ocasiones pretendieron entrar a la ciudad   pero fueron rechazados con increíble valor y coraje por las exiguas fuerzas organizadas por Nariño para la defensa. De estas fuerzas defensoras  también  hacían parte las mujeres santafereñas; las crónicas mencionan sobre este día: "desde las hijas del Presidente del Estado hasta el más ínfimo recluta, cumplieron cada uno su misión a perfección".
José María Caballero en sus crónicas expresa el sentir de los santafereños: 
"...fué terrible el espanto, el susto y la confusión, pero como a las 7 poco más de la mañana, cuando se estaba en lo más fino del fuego, con el motivo de tanta mortandad, el maestro armero don Mariano Niño, sacó un cañón por espaldas de La Capuchina a la Calle de la Alameda (hoy avenida Caracas) y a la primera descarga hizo un destrozo terrible que les infundio a los enemigos pavor, espanto y pánico, que echaron a huir vergonzosa y precipitadamente; los nuestros viendo la fuga los persiguieron para acabarlos de desordenar..."; menciona además que los "tunjanos" sufrieron mas de 1000 bajas entre muertos y heridos y capturaron 1235 prisioneros entre los que se encontraban: Juan Nepomuceno Niño, Rafael Urdaneta, los hermanos Paris, Acevedo y Portocarrero entre otros; y entre los que lograron salvarse  de ser capturados se encontraban Antonio Baraya y Francisco José de Caldas.

El presidente Nariño sin permitirse un ánimo triunfalista, y confirmando una vez más su pensamiento de que la venganza no hace bien a la patria y en pro del entendimiento y la unión  del estado, para enfrentar llegado el caso las fuerzas realistas, ordena que todos los oficiales capturados sean tratados con respeto y alojados en casa de las familias más distinguidas.
Don Antonio Nariño y Álvarez, presidente de Cundinamarca, el día 9 de enero de 1813, contra todos los pronósticos, consiguió con el apoyo y  valor de   santafereños y cundinamarqueses, derrotar las fuerzas federalistas que pretendían, a fuego y muerte, tomarse  Santafé.
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