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sábado, 23 de junio de 2012

La Vega - Apuntes de Historia

El territorio de la Vega  integró en tiempos prehispánicos los extensos dominios de la nación Panche, llamada Panchea por los conquistadores.  De acuerdo a referencias de los cronistas y en registros de  Actas levantadas por  los Oidores-visitadores,  en el ancestral territorio de La Vega se encontraban  los señorios  de Chambata, Chapaima y Chilagua. 
En  este tiempo de los Panches de Chambata,
Laguna el Tabacal - La Vega
Archivos:
Gobernación de Cundinamarca
La Laguna del "Tabacal" fue El sitio de mayor importancia para las ceremonias religiosas, así como "El Cerro del Butulú" y la "Cascada Natauta".
[sobre los que aspiramos a ampliar la información de tiempos panches y, sobre los que existen numerosas leyendas]
En la época temprana de la conquista, año 1546,  a Juan de Ortega, conquistador e integrante de la gente de Quezada, le son entregadas  tierras localizadas entre  Chapaima, Chambata y Nocaima.
Juan de Ortega  por ser  " uno de los primeros conquistadores" obtuvo además otras encomiendas en la zona de  Zipaquirá y Tibitó que lindaban con Pacho.  En  registros de Actas del año 1560 se encuentra un pleito instaurado por  naturales de La Vega y de Nocaima contra Diego de Salas por "malos tratamientos", y otro pleito de Diego de Salas contra Juan de Ortega, por indios, " ya que estos se regresaban a la encomienda de Ortega". Salas  ingresó al territorio de la Nueva Granada con el gobernador Lebrón.
En la conquista, durante la campaña de pacificación el conquistador que ingresó a la zona del Gualivá fue Alonso de Olalla Herrera, hombre de la gente de Nicolás de Federmán, quien por su exitosa campaña de pacificación en estas tierras, obtiene hacia 1544, derechos de encomienda sobre parte de las tierras de Payanda y Chambata, y otras estancias en Facatativá, Matima y Villeta.
En la colonia temprana, los territorios de Payanda y Chambata, son referidos como tierras de Chapaimas y Nocaimas, al tiempo que el territorio Panche es denominado como Panchea.
Chapaima, correspondía a una comunidad nativa sujeta al Chambata, mientras que la parte Nocaima correspondía al Payandá.
Según registros, en visita realizada el 3 de Junio de 1605 por el Licenciado Alonso Vásquez de Cisneros, mediante Acta levantada en la misma fecha, ordenó al Corregidor Diego Ruiz de Bustos fundar los pueblos (asignar tierras de sus encomiendas) para Nocaimas y Chapaimas.
En este tiempo, una gran extensión de las tierras de Payandá antiguos dominios del Cacique del mismo nombre, se encontraban junto con sus nativos propietarios encomendadas a  Francisco Osorio, nieto del conquistador Olalla Herrera y casado con Margarita Colmenares.
Francisco Osorio Nieto, era hijo de Francisco Osorio de Paz e Isabel Herrera, esta última, hija de Alonso de Olalla Herrera. 
Otra franja de Payandá y parte de tierras de Chambata, conformaban la estancia asignada a Luis Gutiérrez. Otra estancia figuraba a nombre de los Arias de Monroy; otra franja que llegaba hasta Calamoima pertenecía a Diego de Ospina, y la parte de Chilagua a Juan de Melo.
A partir de las órdenes impartidas en el Acta del Licenciado Vásquez de Cisneros, el Corregidor Diego Bustos y los encomenderos realizaron la distribución  de los indios,  en los dos sitios designados por el Licenciado para  fundar los pueblos.
En Chapa de Chambata, fueron establecidos los nativos de las encomiendas de Ortega, Gutiérrez, Monroy y Ospina , en tanto que los de Payandá y Chilagua lo eran en el sitio de Nocaima. 
Platanales de La Vega
En los archivos de juicios, se encuentran registros sobre reclamaciones de los encomenderos y de nativos ,  pues en el momento de ser trasladados a los pueblos se llevó a cabo  el respectivo censo, y muchos   Payandás quedaron asignados a Chambata y viceversa, y esto ocasionó que regresaran a sus antiguos sitios y se presentara confusión y conflicto entre los encomenderos, pues los nativos resultaban trabajando para el encomendero a quien no pertenecían. Los juicios más notables fueron los de Juan de Ortega con Francisco Osorio.
Los registros de Chapaimas y de Chambatas, desaparecen posteriormente al pasar dichas propiedades a la Compañía de Jesús, que estableció una gran hacienda denominada San Xavier de La Vega, que formaba parte de otra de mayor extensión llamada San Juan de La Vega,  que funcionaron hasta 1767, año en que el rey de España ordena por Cédula Real la expulsión de los Jesuítas y la confiscación de todos sus bienes.
Las haciendas fueron sacadas a remate y el nuevo propietario de una gran fracción de San Juan de La Vega, fue el señor Isidoro Maldonado, quien logró adquirir la hacienda gracias a su amistad con el Alférez Real de Santafe, don Luis Caicedo y Flórez. Otra parte de las tierras de dicha hacienda derivaron la Hacienda Chipalo.
En esta hacienda de Chipalo, el prócer, líder y mártir comunero José Antonio Galán Zorro, en 1781, mientras sus compañeros de revolución acampaban en Zipaquirá, Galán, en busca de apoyo al movimiento comunero incursionó en algunas haciendas, entre éllas en Chipalo, donde consiguió el amotinamiento de los trabajadores. El célebre comunero, desde La Vega partió hacia el territorio de Guaduas y Honda.
La Vega fue fundada por don Alonso Vásquez de Cisneros en Junio de 1605; integra la Provincia del Gualivá, junto con los municipios de Albán, La Peña, Nimaima, Nocaima, Quebradanegra, San Francisco, Sasaima, Supatá, Utica, Vergara y Villeta.






  

viernes, 22 de junio de 2012

Relatos del Gran Cacique Bituima

El territorio del actual municipio de Bituima en épocas prehispánicas, estuvo poblado por comunidades de la etnia panche. El nombre de Bituima, proviene del Cacique Bituima, gran guerrero y  consejero respetado y admirado por todas las comunidades Panches.
Panorámica de Bituima
Archivos CAR
En las fases de conquista y ante la incursión hispánica al territorio  Panche en 1.543, los jefes de las comunidades o señoríos, convocaron a los concejeros mayores, llamados Acaymas, para que procedieran a elegir al Jefe Máximo de los ejércitos Panches, quien se encargaría de liderar todos los movimientos y estrategias que contrarrestaran la incursión extranjera.
El jefe elegido para tal misión fue el Gran Guerrero y Cacique Bituima, jefe de la comunidad del mismo nombre, reconocido en toda la comarca no sólo por su audacia, sino también por su sabiduría.
El Cacique Bituima, comandó entonces los ejércitos nativos integrados por Nimaimas, Cacaimas y Bituimas entre otros, y fue tal su desempeño en combate que frenaron la primera incursión de Hernán Pérez de Quezada a sus territorios, obligándole a retroceder pues consiguieron causar bajas dentro de las huestes invasoras. 
Esta circunstancia, obligó a Pérez de Quezada, a ordenar indagaciones sobre el Cacique Bituima;  los informes  le enteraron de las destrezas y sabiduría del gran guerrero, y que este con sus ejércitos se había fortificado en una montaña de difícil acceso, donde esperaba un un nuevo enfrentamiento.
Pérez de Quezada opta entonces por enviar un emisario que entendiera y hablara la lengua panche, siendo escogido un nativo muisca de Bojacá , quien fué instruído debidamente para llevar el mensaje al Gran Cacique.
El guerrero muisca informó al Bituima, que Hernán Pérez, representante del rey de España, lo convidaba a hacer la paz y a declararse sùbdito del rey.
El Gran Cacique envió entonces su respuesta:
"
Que reconocía la grandeza del rey de España por las gentes que habían llegado a estas tierras tan remotas; que se persuadía de que gobernaba con justicia, pero que la distancia hacia que ignorase la tiranía que empleaban sus ministros para con sus vasallos...que conocía que contra el derecho natural de las gentes habían despojado a los Reyes de Bogotá, y hécholos morir sin respeto a las paces que habían hecho ..., que éllos, no soltarían las armas hasta no haber defendido sus tierras y sus hijos de la esclavitud que las otras naciones estaban padeciendo..., que lo mas conveniente para todos era que los extranjeros dejasen estas tierras, y que cada cual gozace del dominio en el lugar en que lo había puesto la naturaleza..." (sic.)
La respuesta del Cacique, no fue la que esperaba Pérez de Quezada, así que ordenó que la fortificación panche fuera atacada desde diversos puntos simultáneamente y que ingresaran a los pueblos para quemar las sementeras y casas.
En palabras de nuestro cronista Fernández de Piedrahita:
"...mucho sintió Hernán Pérez este reves por el brío de los contrarios...en tanto que algunas compañías españolas llegaron al socorro...animado con este buen suceso, ordenó que al día siguiente continuasen los acometimientos de la misma forma..."
Dicha orden significaba, disponer en la vanguardia a los guerreros muiscas, así estos servirían de escudo protector contra las flechas y piedras, armas de combate de los panches.
Según nuestro cronista, el combate duró seis horas el primer día; en las horas del atardecer de este primer día los españoles no habían logrado ganar un sólo palmo de terreno, así que suspendieron la batalla para reorganizarse y tomar de nuevo las armas al siguiente día.
Sobre este segundo día el cronista refiere:
"...confiados en todas las fuerzas de su nación..., hicieron rostro a las tropas y a 30 perros utilizados este día por los capitanes Alonso de Olalla y Gonzalo Garzía(Sic.)Zorro, los Bituimas sustentaron la batalla por más de dos horas y luego se escaparon por laderas y quebradas...; de los españoles quedaron heridos más de 30..."
Los españoles animados por los resultados y observando que los panches abandonaban su fortificación, ordenaron a los guechas un ataque nocturno, con el que esperaban terminar de debilitar los guerreros nativos y lograr al día siguiente ganar "la cuchilla" y someter a los intrépidos combatientes.
Con las luces del siguiente día, (que ya era el tercero) los hispanos avanzaron sin tropiezos hacia la cuchilla y con sorpresa descubrieron que el lugar se encontraba desierto:
"...pero los panches fortificados en otra parte, daban desde allí grita a la tropa española..." (ib.)
Las tropas panches,  sigilosamente durante la noche se habían trasladado a una nueva montaña localizada en la ribera opuesta  del río y desde allí, a gritos,  instaban a los hispanos al combate.
Ferias Bituima
Archivos Cundinamarca Turística
Hernán Pérez de Quezada, ante la nueva situación considera   los riesgos ante la falta de víveres que ya escaseaban, así como  las dificultades que tendrían que enfrentar tanto hombres como caballos si intentaban cruzar el río  de aguas tempestuosas y crecidas, y decide dar marcha atrás,   termina  la incursión y ordena el regreso de   su tropa y de los heridos a Santa fe.
Primer encomendero del territorio del Bituima
El primer encomendero que figura en Bituima, es el conquistador Francisco Maldonado del Hierro, llamado mas tarde Francisco Maldonado Dorado del Hierro, (probablemente por el hallazgo de un rico yacimiento aurífero). Maldonado contrajo matrimonio con Anna de Avila y el hijo mayor de este matrimonio Hernando de Avila y Maldonado, sucedió en la encomienda; dicha Encomienda abarcaba el territorio que hoy conforman los pueblos de Sasaima y Bituima.
La encomienda de tierras de Maldonado del Hierro, le fué entregada por orden del Licenciado Armendaris en 1546.
Bituima fué fundada por orden del Licenciado Lesmes de Espinosa Saravia según consta en acta de Agosto 7 de 1627.
BITUIMA EN LA INDEPENDENCIA
En los anales de la Historia de la Independencia, se encuentran inscrito el nombre de patriotas oriundos de Bituima:
Capitán Cosme Oramas, falleció en el combate en El Banco Magdalena, el 27 de diciembre de 1813.
Capitán Rafael Oramas, en el combate de Ocaña, en septiembre 9 de 1820.
Soldado José María Pelaez, en la batalla de bomboná en 1822.
Enlace relacionado:
http://ruborpuebloscundinamarca.blogspot.com/2011/06/los-panches-nativos-pobladores.html

martes, 5 de junio de 2012

ABELARDO FORERO BENAVIDES - Centenario



EN EL CENTENARIO DE ABELARDO FORERO BENAVIDES. 
Por el Académico Jorge Augusto Hernández R. 

El próximo 5 de junio, Facatativá y Colombia rendirán homenaje de reconocimiento y admiración a la vida y obra de Abelardo Forero Benavides con ocasión de los cien años de su nacimiento y por ello, en la sesión del día de hoy, nuestra academia ha reservado el espacio del "Momento Histórico" para concertar un encuentro con uno de los más ilustres historiadores, líderes políticos, periodistas, ensayistas, concejales, diputados, senadores, ministros, oradores y catedráticos que hayan engalanado nuestra patria en el siglo XX. Con sus dos hermanas mayores y él, nacido el 5 de junio de 1912, en la ciudad de Facatativá, corazón del occidente cundinamarqués, conforman el hogar de don Abelardo Forero y doña Rosita Benavides. 
Realiza sus primeros estudios, según el Académico L.E. Gómez Casabianca, en el instituto Aponte de su ciudad natal y viene a terminar su bachillerato en el entonces Colegio Nacional de San Bartolomé mostrando, desde entonces, su interés por la historia y el arte de la oratoria. Al culminar sus estudios de bachillerato inicia sus estudios de derecho que habrá de abandonar según algunos de sus biógrafos, pero según una de sus discípulas, María Cristina Vega de Ciceri, los termina en el Externado bajo la dirección de Ricardo Hinestroza Daza teniendo como condiscípulos a Enrique y Eduardo Caballero. 
Su capacidad de estudio y de lectura lo lleva a convertirse en un escritor con "lectores propios", según Iván Duque Escobar, y conformar, en la década de los años 30, el grupo de los llamados CRONISTAS dentro de los cuales se encuentran Armando Solano, Luís Tejada, Jaime Barrera Parra, Alberto Lleras Camargo, José Mar, Germán Arciniegas, Jorge Padilla, Hernando Téllez, José Umaña Bernal, Tomás Vargas Osorio y Juan Lozano y Lozano.
Seducido por su vocación política, como muchos de sus contemporáneos, se apasiona por los debates del Senado asistiendo a las barras del mismo así como a las tertulias del Granada en un período de fuertes cambios políticos que tienen su más genuina expresión en el año de 1930 cuando asume la presidencia de la república el liberal Enrique Olaya Herrera luego de cincuenta años de hegemonía conservadora y a quien seguirá el también liberal Alfonso López Pumarejo, padre político de la "Revolución en marcha" quien, con su visión futurista, lo impulsa y apoya contribuyendo a su formación, como lo afirma Juan Gustavo Soto que lo considera como "una de esas eminencias juveniles descubiertas por Alfonso López Pumarejo". 
Curiosamente, inicia su servicio público en la diplomacia, sin cumplir aún los 25 años, siendo enviado a Ginebra como representante de Colombia en la Liga de las Naciones, acompañado de Eduardo Santos y Luís Cano. En su ejercicio político y en representación de su partido, el Liberal, fue concejal de su patria chica, diputado a la Asamblea de Cundinamarca, representante a la Cámara y senador de la república en ocho períodos; gobernador de Cundinamarca de 1.942 a 1.943, dejando el cargo para asumir como Ministro de Trabajo, Higiene y Previsión Social en 1943. 
En el año 1.950 vuelve a la diplomacia para llevar nuestra representación como embajador en Argentina hasta 1.955. Al regresar al país se inicia su gradual retiro de la política pues su partido no ve con buenos ojos su colaboración con el gobierno del dictador Rojas Pinilla pero en su favor habrá que decir que, gracias a su agudeza política, capta, como ninguno, el momento histórico y bien pronto se interesa por lograr la libertad de los llamados presos políticos de entonces y de la ley de amnistía para los guerrilleros de la época conocida como "de la violencia".
Video: Entrevista de Gloria Valencia de Castaño a Abelardo Forero Benavides

En 1.970 es nombrado ministro de Gobierno del presidente Misael Pastrana dentro del sistema político del Frente Nacional. Luego le corresponde asumir la cartera de Defensa, en calidad de encargado, en 1971 y en esa misma condición, asume la cartera de Justicia en 1.972 Como periodista, es redactor del semanario SÁBADO, del ESPECTADOR donde forma un grupo de comentaristas, en donde figuran Enrique Caballero Escobar, Eduardo Caballero Calderón, Jorge Padilla y Alfonso Palacio Rudas y de ello surge el libro de 320 páginas firmado por Abelardo Forero y que intitula EL ESPECTADOR DIARIO DE LA TARDE y en el que, a manera de colofón, escribe: "Este libro terminó de imprimirse en la Editorial Santa Fe el día 19 de febrero de 1936, a los veintitrés años, ocho meses, cinco horas y seis minutos de la vida de su autor". 
Es igualmente cronista de EL LIBERAL. En 1964 con Arturo Abella,  hacen el programa DEBATES y a partir de 1978 y hasta 1.983, en compañía de su entrañable amigo Ramón de Zubiría, transmiten sus conocimientos a los televidentes colombianos a través del programa EL PASADO EN PRESENTE reviviendo temas de la cultura y la historia para proyectarlos al presente como el mismo lo explica. 
Como profesor universitario dirige, en la Universidad de Los Andes, la cátedra de historia por más de 25 años y prácticamente hasta su muerte acaecida en Bogotá el 25 de noviembre de 2003. La asistencia a su cátedra es "multitudinaria" hecho que le permite afirmar, con su habitual buen humor y simpatía, que "No había necesidad de controlar la asistencia porque mi salón vivía lleno". Complementa su vida con dos grandes amores, el matrimonio con doña Clemencia Ucrós y la entrega a su hija Clemencia a quien, por la temprana muerte de su esposa, se dedica con devoción y afecto.
De su prodigiosa capacidad intelectual nos quedan numerosos artículos, ensayos, crónicas y libros como: "Momentos y perfiles de la historia universal", "Cuatro coches ruedan hacia Bayona", "Cromwell y Rousseau", "Ocho momentos de la historia universal", "La primera guerra mundial", "La historia de Francia", que no puede faltar pues es una de sus pasiones, "El mundo Eslavo", "Aproximaciones a la historia de Colombia", "Francisco de Paula Santander, las cartas infidentes", "La victoria de los vencidos", "El siglo XIX galería de sombras" y Contextos" que es una recopilación de algunos de sus artículos. 
Sumado a lo anterior nos queda su voz mediante el disco compacto "La voz de Abelardo Forero Benavides" homenaje de la Emisora HJCK como tributo a la conmemoración de los 100 años del nacimiento de nuestro compañero de hoy en este espacio del Momento Histórico. Gracias maestro Abelardo por haber asistido a este encuentro que sirve para reiterarle nuestras felicitaciones y agradecimientos por tan valiosos servicios prestados a la patria y por el ejemplo que constituyó su vida para sus contemporáneos y para los actuales, que requerimos de paradigmas como el que usted nos legó pero además, a título personal, mi perenne reconocimiento por la amistad otorgada por Ud. a mi familia y por haberme acompañado a la pila bautismal de la Veracruz y oficiar como padrino en esa ceremonia de la cual, usted hubiera firmado diciendo que eso fue hace setenta y cuatro años, diez meses y dos días. 
Jorge Augusto Hernández
Sesión Academia de Historia de Cundinamarca
Zipaquirá, junio 2 de 2012.