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viernes, 8 de mayo de 2020

Francisco de Paula Santander

Santander - El final

Por: José Asunción Suárez

Golpe de pica que hendía muros de granito imaginario, pólvora que intentaba descuajar enormes bloques compactos del edificio construido por el mas grande arquitecto de la civilidad; difamaciones y consejas que al interrumpir el curso de la historia, hacía que desbordase la ideologia libertaria y legal, buscando nuevos cauces al furor de los acontecimientos políticos de aquella época, donde el Hombre de las Leyes, en medio de fuertes dolores y desengaños, entregaba su alma a la Historia, un nubloso 6 de mayo de 1840.

Pese a sus malquerientes, Santander al entrever la gloria futura de su legado, tenía certeza de que a esa patria ingrata, le abría dos caminos: Uno, donde el imperio de la Ley, fortificara la naciente República, y, otro, quizás el más importante para reforzar el primero, la educación del pueblo desprotegido y olvidado por las élites del poder, que engavetaron aquel portentoso decreyo del año 34, en donde se abría la escolaridad gratuita en Colegios y Universidades, sin distingo de clases, religiones y razas.

Gran interés durante su administración había sido  difundir la instrucción y educación del pueblo, era un apasionado de la cultura; había fundado y adecuado, entre otros los Colegios de Boyacá en Tunja, que en 1827 se transforma en Universidad; el Colegio de Antioquia en Medellín; un colegio en Angostura; un colegio en Pamplona; en Ibagué el San Simón; en San Gil, el San José de Guanentá; en Cali el de Santa Librada; en Pasto el Colegio Provincial; en Santa Marta el colegio Samario; un Colegio en Vélez; estableció la Universidad del Cauca en Popayán en 1827; en 1826 crea la Universidad Central; en febrero de 1827 instala la facultad de Medicina en Bogotá, independiente de los colegios del Rosario y de San Bartolome.
Colegio de Loja en Ecuador; Universidad de Mérida, casas de educación en Valencia, Trujillo y Tocuyo, Venezuela 1823, así como el colegio del Itsmo en Panamá; Ocaña, Vélez, Cumaná, Guayana, Cartago, Mompox, Guanare, Socorro, Marinilla, Barichara, Ipiales y Salazar de las Palmas; todas, casas de educación, entre los años 1823 a 1837.