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viernes, 2 de mayo de 2014

Los Buques de Vapor por el Río Magdalena


POR: Leonor Lamo
FORJANDO UNA NACION—-BUQUES DE VAPOR POR EL RIO MAGDALENA
Río Magdalena en Girardot
Tomado: Archivos Internet Municipio de Girardot
Juan Bernardo Elbers nace en Muehlheim, ciudad sobre el Río Rhin, el 29 de diciembre de 1776. Viene a las Antillas Menores a principios del siglo XIX. Al abandonar su patria trae una gran fortuna, quinientos mil pesos en moneda columnaria española, suma habida de la venta de sus propiedades. Esa riqueza fue consagrada primero a auxiliar los ejércitos patriotas y después a diversas empresas comerciales.
Juan Bernardo, era proveedor oficial del ejército desde 1817 y conocía las ventajas que la ciudad podía ofrecer como puerto fluvial y marítimo.

Asegurada la independencia en nuestro país, Elbers había concebido la idea de establecer comunicación expedita entre las costas del Mar Caribe y los departamentos del interior mediante buques impulsados a vapor para eliminar así el uso de inapropiados bongos y champanes. De esta forma no es de extrañar que tres años más tarde solicite un privilegio exclusivo sobre la navegación a máquina en el Río de la Magdalena.
Luego de largas, el Congreso acepta las propuestas del Presidente encargado General Francisco de Paula Santander, y se aprueba la ley respectiva el 2 de julio de dicho año.
Entre las obligaciones contraídas por Elbers para obtener el privilegio, figura la de abrir un camino de tierra desde un punto convenido en el Río Magdalena hasta Bogotá. Al dar cumplimiento a tal cláusula del contrato traza y realiza una trilla de 14 leguas de extensión entre Guaduas y Peñón de Conejo, lugar último donde atracaba todo barco venido de la Costa. Elbers tenía bien claro que era necesario a esta empresa montar aserrío de vapor y astillero, obras de inmediato emprendidas en Barranquilla.
Fue en 1825 cuando de manera definitiva aparece en el río la navegación a vapor. El año anterior llega de los Estados Unidos de América del Norte, para la firma Elbers, el barco Fidelity, el cual después de cruzar Bocas de Ceniza bajo mando del Capitán Leach, ciudadano americano, hubo necesidad de retirarlo del servicio por su mucho calado. Debido a este fracaso traen desde los astilleros de Norfolk la segunda unidad de prueba, el llamado Francisco de Paula Santander. Este barco consumía leña como combustible, su calado no pasaba de pie y medio y podía transportar hasta 240 cargas.

Tomado Archivos Internet

A pesar de obedecer los fracasos de Elbers a lo fortuito, sus socios, gentes pusilánimes, presas de pánico, exigen sus aportes y el tozudo alemán se ve obligado a complacerlos.
Elbers recurre a la Alta Corte de Justicia la cual le restituye el privilegio de Navegación. Al punto procede a sacar del fondo del río la maquinaria del barco General Santander, repara los astilleros y el aserrío y pide a Francia, maquinaria para barcos y remolques de embarcaciones menores. Pero estos propósitos encuentran la oposición del Presidente José Ignacio de Márquez quien ordena al fiscal de la nación promover un pleito sobre caducidad del privilegio al tomar como fundamento el decreto dictatorial de la revocatoria. La Suprema Corte de Justicia dictamina que no es posible declarar caduca la concesión y el Congreso de 1834 lo restablece una vez más en su privilegio.
La empresa se pone de nuevo en movimiento y el año de 1835 arman el vapor Bogotá reequipado con maquinaria recién importada, y de igual modo al Susana, nombre de su esposa, la santafereña Señora Susana Sáez de Santamaría y Baraya y los lanzan al agua en diciembre de 1836. Estos barcos no prestan debido rendimiento y el Congreso se ve obligado a dictar una nueva ley mediante la cual anula el privilegio si en el lapso de seis meses no hay, cuando menos, dos barcos en servicio regular entre la Costa y Guáimaro.
Elbers interpone de inmediato, merecimientos de justicia y el nuevo Congreso de 1841 correspondiente a la Nueva Granada, conviene en indemnizarlo “de los perjuicios que se le siguieron por la revocatoria del privilegio”. El contrarresto final fue fijado en la suma de ciento cincuenta y cuatro mil pesos, pagaderos en diez años.
Durante esas calendas dedica buena parte de su tiempo al cultivo del tabaco en sus haciendas San Bartolomé, en Honda y Santa Rosa de Arenal, en el cantón de Simitá. La exportación a Londres de la valiosa hoja la había iniciado el General Joaquín Posada en 1834, y llega a ser, como única materia exportable, la fuerza que impulsa la navegación a vapor.
Elbers trabaja todos los días de su vida con igual vigor hasta el 4 de agosto de 1853 cuando la muerte lo sorprende en la primera de sus propiedades arriba mencionadas. El 10 de noviembre de 1925, primer aniversario del establecimiento de la navegación a vapor en el Río Magdalena, Barranquilla rinde memoria a su nombre al inaugurar un busto suyo en la plazoleta de la Aduana.
Nota  Adicional:
Juan Bernardo Elbers  prestó importantes servicios a la República en tiempos del General Santander y Bolívar; por otra parte, La esposa de Elbers era hija de Josefa Baraya y Ricaurte hermana del General Antonio Baraya prócer y mártir de la Independencia. 
El 20 de julio de 1810 en la casa de Josefa Baraya y su esposo Pantaleón Sanz de Santamaría se iba a celebrar el agasajo a Antonio Villavicencio; Pantaleón Sanz de Santamaría fué  prócer de la independencia y su hermano José Sanz de Santamaría firmó el Acta de  Independencia!

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