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lunes, 26 de marzo de 2012

LOS COMUNEROS II


PARTE II

Las noticias de la insurrección en el Socorro  y    pueblos aledaños, causaron gran revuelo  en el ámbito santafereño, que  ante el inusual acontecimiento inicio el despliegue de todo tipo de especulaciones.
Los comentarios se extendieron  rápidamente por  los círculos sociales en los   que  con sorpresa y cierta admiración se observo  la temeridad de los comunes; sin embargo, tanto    los respetables patricios de la aristocracia como el  ciudadano corriente, se cuidaban de disimular su interés por los sucesos,  temiendo una acusación ante el tribunal.
Como es de suponer, el informe de la sublevación también  sorprendio  a Las autoridades, que alarmadas por  los  hechos  hasta ahora protagonizados por los comunes y temiendo  mayores despropósitos de la multitud amotinada,  acuden  al visitador     Gutiérrez de Piñeres,  con el fin de que les proporcione   alternativas  que  apaciguen  los motivos de la insurrección y frenen   el furor de los socorranos. 
Gutiérrez de Piñeres ante la preocupación de las autoridades, accede a reformar el edicto de los impuestos y  en los días siguientes promulga  una nueva disposición,  en la que concede a  los pueblos de San Gil y del Socorro la exención  de pagar   impuestos sobre el algodón y el hilo.
Dibujo de Alberto Urdaneta en el centenario
 de los comuneros
Archivos internet Blaa. 
Entre tanto los funcionarios  encargados del control policivo  y del órden público, imparten instrucciones  para que de  inmediato con las fuerzas disponibles, se conforme    un  pelotón militar.
Integrada  la escuadra de uniformados, esta escasamente llega a    80 hombres; El tribunal, ante la precariedad de la fuerza armada disponible, resuelve   entregar al comandante doscientos  fusiles  y le  instruye  para que sobre la marcha,   reclute hombres leales a la corona y los integre a la tropa. Cumplido el objetivo, la tropa con los refuerzos quedaría    fortalecida y podría   sin contratiempos  someter a los insurrectos. 
Los milicianos  comandados por el oidor Osorio, parten de Santafe rumbo a las tierras del Socorro en cumplimiento de las órdenes recibidas!. 
Nuestro ilustre historiador, Indalecio Liévano Aguirre en su obra: Grandes Conflictos de Nuestra Historia, nos describe este hecho:
[...] Mal informada la Audiencia,  de la magnitud e importancia de los acontecimientos, decidió enviar al Socorro al Oídor Osorio, con la ridícula fuerza de cincuenta alabarderos bisoños y treinta soldados de la guardia del virrey, portadores de doscientos fusiles antiguos, destinados a armar a vasallos leales al rey que pudieran reclutar durante la marcha [...]
[...] Las avanzadas del movimiento comunero, compuestas aproximadamente de  unos cuatro mil hombres mal armados, se movieron con rapidez hacia el sur en busca del  oidor Osorio y consiguieron encerrar las tropas de la Audiencia en el sitio denominado Puente Real. Después de algunas escaramuzas y de muchas deserciones, Osorio no tuvo más remedio que rendirse a discreción. " Las armas del Rey - dice Briceño - el pendón Real, se abatieron por primera vez ante el pueblo "; [...]
El comandante Berbeo por su parte,  realizaba ingentes esfuerzos para  controlar   los desmanes de la gente y procuraba evitar los incendios a las plantaciones de Tabaco, primeras acciones que realizaron  los insurrectos causando gran devastación. También cumplían su parte  los informantes de los comuneros,  ocupándose constantemente de circular entre los grupos las noticias de la tropa enviada desde Santafé para someterlos
Los capitanes y líderes comuneros al conocer el envío de tropa  para someterlos,  se presentan  ante Berbeo para exigirle  que  grupos armados  (de picas y palas) se desplacen hasta el sitio de Puente Real, para   esperar y enfrentar  allí a los uniformados. 
Berbeo observando la exaltación, evita  contrariar tal  petición y con el  ánimo de evitar mayores dificultades accede al desplazamiento de algunos escuadrones hasta el sitio de Puente Real.  
Berbeo y la junta asesora, consideran las implicaciones y los riesgos que corrían ante el rumbo que estaban tomando los acontecimientos; y temerosos de las consecuencias por  su participación en el levantamiento, deciden enviar   un informe   secreto al Virrey  explicándole  la gravedad de la situación y  las razones que habían tenido para aceptar los nombramientos  que les hicieran    los amotinados.   Apartes del mensaje:
[...] en el estrecho en que nos hallamos, y que violentados hemos admitido el nombramiento que se nos hizo de capitanes y con el fin de contener los desarreglados procedimientos que se habían experimentado, y ver si por medios de prudencias se puede conseguir la tranquilidad para estas repúblicas, mediante a que no podemos tratar, sin pérdida de nuestras vidas y pocos bienes de impedirles el intento, pues ni aun consienten en que se trate en ningún término al menos que no sea el fin que ellos pretenden de quitar todo pecho y consumir a quien se los impida. Por lo que esperamos que la real piedad lo pacifique por medio de informe de V.E., y sin que se entienda que haber admitido las capitanías tenga en nosotros asomo de infidelidad a nuestro monarca, Rey y Señor, pues antes por fieles vasallos nos hemos sujetado a padecer las molestias que son de considerar en tan crítica circunstancia [...] 
En Puente Real el 6 de mayo de 1781, Los Comuneros comandados por Ignacio Calviño, hacen su aparición por cerros y cañadas y "precedidos de ruidos, voladores y otras algazaras" rodearon la tropa miliciana, impidiéndole cualquier movimiento sorpresivo. Los Comunes designan comisiones para entrevistarse con el oidor Osorio y después de dos días de largas  conversaciones sin lograr resultados, la comisión de Osorio fracasa y La tropa del Virrey es  fácilmente derrotada.
Los insurrectos exaltados ante la victoria, empiezan a exclamar: " a Santa Fe… a Santa Fe" y espontáneamente iniciaron su travesía  hacia la capital.   
Enterados de que el grupo de Puente Real se dirigía a Santafé, los hombres que acompañaban a Berveo  le exigen también marchar sobre la capital; el capitán sin más alternativas,   imparte entonces las órdenes para iniciar  el camino  hacia  Santafé.
Mientras se dirigía a la capital, el comandante comunero envió  un mensaje a los capitanes de los pueblos donde les manifestaba: "Yo salgo para la Corte el lunes, que se cuentan catorce del corriente (mayo 1781) a de una vez salir de dudas".
Es de anotar, que Berbeo dispone estrategias para la marcha de los comuneros hacia la capital; por ejemplo:  Escoge el pueblo de Nemocón como punto de encuentro; divide en dos grupos la fuerza comunera y   diseña dos rutas distintas para la llegada al sitio de reunión.  
El comandante Berbeo  y "algunos de sus capitanes con sus gentes", toman el camino que los conduciría por los pueblos de Moniquirá, Leiva, Guacheta,  Lenguazaque y Nemocón; Mientras que los capitanes del segundo grupo, entre los que se encontraba el cabo Galán, toman la ruta por Simijaca, Susa, Ubaté, Tausa y Nemocón. 
En la capital los días avanzaban y los motivos de preocupación aumentaban;    en una mañana de abril, en algunos puntos de la ciudad,    aparecieron fijados   unos pasquines   protestando en contra del visitador Gutiérrez de Piñeres y reprobando las disposiciones  del entonces fiscal Moreno y Escandón.   
El Fiscal Moreno precisamente en aquellos días, se ocupaba   de liberar tierras de los indígenas para sacarlas a remate, y con tal fin  había ordenado la extinción de varios pueblos de indios y esto significaba expropiación  de las tierras de los resguardos, medidas que  por igual afectaban      a mestizos y españoles pobres,  que allí vivían como arrendatarios. 
Ahora,  la exención en el pago de impuestos  sobre el Hilo y el Algodón promulgada por Piñeres, Los investigadores dicen que los comuneros no conocieron tales disposiciones; otros, afirman que si las conocieron y no les produjo ningún beneplácito,  pues  sus reclamos tenían más proposiciones y que además, cuando las conocieron ya se encontraban camino a Santafé.  
Mapa del Virreynato de Santafé
archivos virtuales Blaa 
En estos mismos días, regresó a la capital un soldado  que había  escapado del enfrentamiento en Puente Real, y en su informe relató, que para poder  regresar  había tenido  que disfrazarse y andar por trochas y caminos distantes a la Ruta de los Comuneros. El uniformado al rendir  su parte  ante la Audiencia, refiere  su difícil travesía y   comunica al tribunal que los alzados  eran aproximadamente unos 4.000 hombres y "aunque mal armados, se dirigían a Santafé"
La noticia de que las multitudes del Socorro se tomarían Santa Fe, sumió en pánico a  la capital y tanto  españoles "chapetones" como  la élite criolla, temiendo por sus bienes y su vida, tomaron medidas para resguardarse, entre ellas, la  de  presentarse ante el tribunal para ofrecer su respaldo y toda la  colaboración  necesaria para   la solución del conflicto.
Entre tanto,  la apoteósica marcha de los comuneros continuaba    sin tropiezos su avance hacia Santa Fé;  El recorrido de estos hombres y mujeres   nos lo refiere  Liévano Aguirre, que también nos explica la diferencia en número de los hombres que salieron del Socorro y los que llegaron a Zipaquirá: 
[...] comenzó entonces uno de los más espléndidos espectáculos de nuestra historia. De las villas, las aldeas y las campiñas brotaron millares de personas, armadas de palos, viejos fusiles o instrumentos de labranza, que a lo largo de caminos y veredas se encaminaron a los acantonamientos principales de la masa comunera...la rebeldía de los oprimidos tomaba forma de protesta contra la miseria y de anhelo profundo por cambiar las antiguas estructuras sociales [...]
Ruta Comunera
Conmemoración en Zipaquira
Bicentenario
Al llegar  a las inmediaciones de Zipaquirá, Berbeo  ordena detener la marcha  y entre Nemocón y Zipaquirá  acamparon cerca de quince mil hombres. 
Allí, es donde surge el inmortal caudillo  comunero José Antonio Galán Zorro, que comandando un grupo se presenta ante Berveo y El comandante   le ordena acampar esa noche  con los demás hombres.   Al día siguiente, Berveo  requiere su presencia,  le otorga el nombramiento de capitán,  le asigna hombres ( ciento cincuenta) y le imparte instrucciones    para que se dirija a Honda tomando el camino por las villas cercanas. (es de anotar que en los folios del juicio, no se halló ningún documento sobre las verdaderas órdenes impartidas por  Berbeo a Galán, por tanto   estas, dicen los investigadores, fueron de carácter confidencial y estrictamente  verbales) 
En su recorrido a Honda, Galán   incursiona en   algunas haciendas de Facatativá, La Vega y  Guaduas, y en cada lugar convoca a los   comunes y nombra capitanes para que se unan a los reclamos por sus derechos. 
Sobre las instrucciones al líder comunero, los historiadores  citan dos versiones: que la comisión de Galán  era  capturar al Visitador Gutiérrez de Piñeres, quien  a raíz de los acontecimientos, el día 13 de Mayo, había abandonado   la ciudad de Santafé con rumbo   a la villa de Honda;  donde  provisionalmente  se  instalaría a la espera y desenlace de los acontecimientos.    Gutiérrez de Piñeres  envía desde Honda   una comunicación a Santafé:
[...] Honda 17 de mayo 1781. La mañana del día 13, salí a la ligera de Santafé, dejando los papeles respectivos a mi visita y comisiones en lugar reservado y seguro, y me dirigí a esta villa, a donde llegue la noche del día 16, con ánimo de mantenerme en ella hasta ver el semblante que tomen las cosas, que por ahora no puede ser más funesto [...]
Las autoridades al recibir el informe  de que Galán se dirige a Honda,    envía un destacamento para interceptarlo, se produce el enfrentamiento y  Galán  y sus hombres obtienen  la victoria.  El parte de los uniformados  cita: "les salieron todos los indios, indias, mestizos, mulatos y hasta los muchachos, armados de piedras, palos y cuantos instrumentos toparon y estrechándolos entre dos vallas los obligaron a una sangrienta defensa". 
El líder comunero prosigue  su marcha  hacia Villeta,    convocando   en cada sitio a los indígenas y demás pobladores  para que motivados se dispusieran a recuperar el dominio de sus recién extinguidos pueblos y resguardos.  
La otra versión que mencionan los historiadores, sugiere:  que las frecuentes reuniones de Galán con los pobladores  retardaba su llegada a Honda, y que por tanto  sus instrucciones, eran las de exhortar a los indígenas,  esclavos y pobladores, para provocar el levantamiento en estas zonas y no,  las de alcanzar la caravana del visitador Piñeres. 
En la provincia de Mariquita, citan sus biógrafos, Galán se trasladó hasta el sitio de las minas donde promulgó  ante los exclavos varias consignas, entre éllas : "Se acabó la esclavitud". La población minera sorprendida e impactada por el valor de estos aguerridos comuneros, paralizó el trabajo y llena de ímpetu se  sublevó. 
El informe del gobernador de Mariquita expone: ¡Han enarbolado bandera! Vuestras reales armas, a machetazos, hechas astillas! Las reales administraciones robadas, yo perseguido, mi hacienda robada, la cuadrilla de negros sublevada, mi familia dispersa... ».
VER PARTE  I
http://ruborpuebloscundinamarca.blogspot.com/2012/03/la-revolucion-de-los-comuneros.html
VER PARTE III
http://ruborpuebloscundinamarca.blogspot.com/2012/03/los-comuneros-iii.html

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