LA REVOLUCION COMUNERA LLEGA A NEMOCON - PROCLAMACION DEL ZIPA DE BACATA - PROTESTA DE LOS "COMUNES" EN ZIPAQUIRA
El visitador Gutierrez de Piñeres instalado en Honda a la espera de los acontecimientos, recibe informes de que Galán y sus hombres se dirigen a su encuentro; y temiendo por su seguridad abandona la Villa y rápidamente se embarca para Cartagena.
Entre tanto en Santafé, La audiencia nombra el día 13 de Mayo una comisión integrada por los señores JOaquín Vasco y Vargas y Eustaquio Galavis, para que procedan a entablar negociaciones con los insurrectos. La comisión dispone los preparativos para su traslado a Zipaquirá al tiempo que envía una comunicación a Berbeo, donde le anuncian su designación como representantes del gobierno y la perentoria necesidad de reunirse para escuchar sus peticiones.
El portador del mensaje localiza al comandante en la población de Ráquira el día 23 de Mayo; este recibe la comunicación e informa al emisario que debe esperar la respuesta; y procede de inmediato a redactar su contestación: Apartes de la respuesta del Capitán Berveo:
con la siguiente comunicación:[...] El objeto de restablecer la tranquilidad pública de este reino, que consiste en el alivio de procurar la empresa a que nos han estimulado los comunes de la villa del Socorro, San Gil y más ciudades y villas agregadas... Y respecto a que V.S. por la suya de 14 de mayo en que nos asegura traer facultades del Real Acuerdo...En esta atención y siendo nuestra solicitud sacudirnos de tantos pechos de que no se han mostrado órdenes de nuestro benigno monarca, de quien somos fieles vasallos, debemos decir a V.S. que en los territorios del pueblo de Enemocón podrá V.S. presentarse, en donde precediendo las urbanidades de estilo se propondrán y discernirán las cosas correspondientes al intento. Dios guarde a V.S. muchos años. Ráquira y Mayo veinte y tres de mil setecientos ochenta y uno. fdo. Juan Francisco Berbeo. - Auto.- Recibida en la tarde de este día veinte y cinco de Mayo de mil setecientos ochenta y uno. fdo. Joaquín Vasco y Vargas - Eustaquio Galavis. [...]
Los comisionados instalados ya en Zipaquirá, reciben la respuesta de Berbeo el día 25, según consta en el auto y proceden a enviar al Tribunal una copia de la misma
[...] Muy señor mío: La copia autorizada que incluímos a V.S., de la que acabamos de recibir, impondrá a los señores de la Junta del último estado que tienen las cosas; y que para la pacificación y tranquilidad que deseamos, se hace indispensable nuestra marcha a Enemocón y que se verificará en el día de mañana. Dios guarde a V.S. muchos años. Zipaquirá y Mayo veinte y cinco de mil setecientos ochenta y uno. (sic.) fdo. Joaquín Vasco y Vargas - Eustaquio Galavis.
PROCLAMACION DEL ZIPA DE BACATA EN 1781
1781 - Ambrosio Pisco Proclamado Cacique de Bogota y Señor de Chía |
La primera acción que ejecutan en la sabana, es la de reconocer como señor de estas tierras al heredero de los Zipas de Bacatá, don Ambrosio Pisco,tío del joven Zipa heredero, como Capitán Comunero de los pueblos de Bacatá.
Don Ambrosio Pisco, días después en ceremonia ante la multitud, es proclamado señor y Zipa de Bacatá.
Ungido el Zipa, los comuneros presentan el debido respeto a su jerarquía y le reconocen además como derecho natural y heredado de sus ancestros, la administración de las salinas y le entregan el dominio. El Zipa, hombre sabio y fuerte asume con solemne dignidad su investidura así como las funciones de su cargo de administrador de las salinas; dispone de inmediato medidas en favor de su pueblo, e Imparte órdenes de suprimir y cerrar el estanco.
Las autoridades coloniales envían un destacamento para recuperar el dominio de las salinas, los comuneros hacen retroceder la tropa, sin embargo algunos caen prisioneros, son traslados al calabozo, luego ejecutados y sus cabezas cercenadas son expuestas para escarmiento público.
En 1782, dentro de los documentos que el Tribunal anexa al juicio en contra de don Ambrosio Pisco, se encuentra el siguiente informe sobre sus actos de insurrección:
[...] conocido como laborioso hacendado y comerciante y tío carnal del único heredero del cacicazgo de Bacatá, marchó para Enemocón a ponerse a órdenes de Berbeo el 24 de mayo de 1781. En el camino se le unieron los indios de Chía, Bogotá, Guatavita, Guasca, Tabio, Tenjo y Suba entre otros, que sumaron cerca de cuatro mil. En Enemocón es recibido con tambores, voladores y clarines y proclamado Cacique de Bogotá y señor de Chía, convirtiéndose en líder de los indios de la sabana, a quienes prometió los resguardos que les habían sido expropiados[...]
Los documentos del juicio y las disposiciones ordenadas por el Zipa de Bacatá de 1781, nos permiten visualizar su pensamiento, y observar cómo a pesar de los siglos el reconocimiento y la solemnidad a la jerarquía del Zipa, permanecía presente en sus sucesores.
CAMPAMENTO COMUNERO EN NEMOCON
Los comuneros desde diversos puntos inician su ingreso a Nemocón, y de acuerdo a las instrucciones se van ubicando en el sitio previamente designado por Berbeo.
El día 25 de Mayo de 1781 el grueso de la tropa Comunera irrumpe en la ciudad y procede a organizar e instalar su campamento.
El día 26 llegan los comisionados y el arzobispo Caballero y Góngora, quien decidido a entrevistarse personalmente con Berbeo, consigue este mismo día llegar hasta la propia tienda del comandante.
Los detalles de la entrevista del Arzobispo con Berbeo, se conocen posteriormente, por un oficio escrito de puño y letra por el mismo Arzobispo, en el que confirma su reunión con el capitán comunero el mismo día 26 en el sitio de su campamento.
Los comisionados a cambio, solo pudieron hacerlo hasta el día siguiente, 27 de mayo, en la casa del Corregidor. Las actas levantadas sobre esta reunión, citan que Berbeo asistió a la casa del corregidor escoltado por unos quinientos hombres, que sin cesar gritaban consignas, entre otras:
"viva el rey, abajo el mal gobierno" - "guerra a Santa fé " - "Todo está gravado, el capital y la renta, la industria y el suelo, la vida y la muerte, el pan y el hambre, la alegría y el duelo".
La reunión se extendió largas horas; el comandante Berbeo, una vez finalizada la reunión con los comisionados, se dirigió al campamento y ordeno levantar las tiendas para trasladarlas de inmediato al sitio denominado El Mortiño.
Un informe de la Real Audiencia refiere:
"Después de finalizada esta Conferencia, en el mismo día veinte y siete de Mayo, removió Berbeo su acampamento (sic.) de las inmediaciones de Nemocón y lo trasladó a las de Zipaquirá al sitio nombrado Mortiño" (cit. Cárdenas Acosta, Pág.59).
Sobre el traslado del campamento los historiadores sugieren dos hipótesis: que Berbeo movió el campamento en razón a que el llano de Nemocón debido a las lluvias, se encontraba anegado; otros expresan, que por razones de seguridad y para evitar un ataque por sorpresa, lo traslado al recuesto de la colina que de Nemocón parte hacia Zipaquirá, en el sitio denominado Mortiño.
LAS CAPITULACIONES
El Arzobispo Caballero y Góngora escribe desde Zipaquirá:
[...] nos lisonjeaba la estipulada paz y sólo restaba que los Jefes de los tumultuantes ya acampados en las inmediaciones de Zipaquirá formasen sus representaciones para concluirla...pero al tercero día se conmovieron de nuevo las gentes con tanto ardor...pasearon la plaza en acción de guerra, y no contentas con insultar mi dignidad, publicaron en las cuatro esquinas las sangrientas ideas que los encaminaban a Santafé.[...] (ib.Pag.64)
El día 5 de junio, Berbeo entrega a los comisionados las proposiciones de los comuneros : [...] El día 5 presentó Berbeo a los comisionados el proyecto de capitulaciones. [...] (ib.Pág.64) Al día siguiente, fueron remitidas a la Audiencia que las consideró y las devolvió para que trataran de negociar algunas modificaciones.
El arzobispo, los comisionados y algunos diputados del cabildo de Tunja que se habían trasladado a Nemocón, para apoyar al arzobizpo y a los comisionados, durante las reuniones de discusión de las capitulaciones, que duraron varios días, trataron por todos los medios,de persuadir al Capitán Berbeo para retirar su ejército.
El Comandante Comunero no se atemorizó ante la presión que trataron de ejercer los emisarios y representantes del virrey, que insistentemente demandaban que por "prudencia y discresión" debía retirar su ejército para poder discutir las capitulaciones.
Berbeo, dando muestra de su experiencia y conocimiento del pensamiento humano en estas situaciones, se mantuvo firme y expresó a las comitivas, que precisamente por conveniencia de los acuerdos, debía mantener todas sus tropas listas, para en caso necesario dirigirse a Santafé.
El día 7 de Junio la comisión expide un nuevo informe:
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Los Comuneros contrariados por tantas largas y objeciones a la firma de las capitulaciones, se reunieron en la Plaza de Zipaquirá y con voladores y consignas, unos a caballo y otros a pié realizaron una fuerte protesta, hasta ese día nunca vista en el reino, que atemorizo profundamente a los comisionados, según el testimonio, hasta la misma junta asesora de Berbeo se sintió intimidada.
Los comisionados del gobierno "para sosegar el tumulto" sin más dilaciones ni rectificaciones, procedieron ese mismo día 7 de Junio, a firmar las capitulaciones y a enviarlas a la Audiencia en Santafé, mencionando además, que el Arzobispo se encontraba tan sobrecogido por los sucesos, que había sido incapaz de tomar una pluma para escribir.
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El tribunal de La Audiencia al recibir las capitulaciones firmadas por los comisionados, levantó el Acta correspondiente y agregó en forma confidencial algunas consideraciones, En las que registraba expresamente los motivos por los cuales se habían pactado los acuerdos en las capitulaciones y las razones por las cuales ¡dichos acuerdos no se iban a cumplir!:
Apartes del Acta:
[...] Esta Real Audiencia jamás ha dudado que las concesiones hechas por vía de asonada o conmoción no deben tener efecto alguno; y que aunque no estuviesen irritadas por la Ley, bastaba para conocer su nulidad el ser otorgadas sin otro respeto que la fuerza...La violencia que obligó a acceder a las inicuas capitulaciones de los sublevados, nunca pudo comprometer a sus ministros que las aprobaron...así que este Tribunal... no se ha ceñido a mantener promesas injustas, ni se ha sujetado a sostener concesiones monstruosas, sino que examinando los acontecimientos...ha tomado los medios más proporcionados a tan críticas circunstancias...procediendo en todo contra los infractores de las leyes y perturbadores de la paz pública, en el modo mas adaptable a los tiempos presentes [...]
Los comuneros sin sospechar el levantamiento de un Acta confidencial de incumplimiento a las Capitulaciones, redactada y firmada por el Tribunal y demás integrantes de las comitivas de la negociación, desmantelaron de buena fe su campamento, e iniciaron el regreso a casa, con la convicción de que La firma de las Capitulaciones aceptadas por los señores del Alto Gobierno, garantizaba que sus peticiones habían sido atendidas y en consecuencia vendrían mejores días!
Ver Los Comuneros II
http://ruborpuebloscundinamarca.blogspot.com/2012/03/los-comuneros-ii.html
VER LOS COMUNEROS IV
http://ruborpuebloscundinamarca.blogspot.com/2012/04/los-comuneros-parte-iv.html
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