Los ancestros de Sopó 2 Por Ruth Bohórquez Miércoles, 22 de Julio de 2009 14:50
Los vestigios humanos que hasta ahora registran mayor antiguedad en el municipio, corresponden a una secuencia cultural de la Etapa Formativa denominadaPeríodo Herrera en razón a que las primeras evidencias de este período cultural se localizaron en cercanías de la "Laguna de la Herrera", jurisdicción del municipio de MOsquera, Cundinamarca; y se caracterizaron como el primer hallazgo con evidencias cerámicas que corresponden a los inicios y primeras prácticas de alfarería desarrollada en la sabana cuya antiguedad se calcula, mediante las pruebas de carbono, en 3300 años. [1300 años a.p.]
Los vestigios humanos que hasta ahora registran mayor antiguedad en el municipio, corresponden a una secuencia cultural de la Etapa Formativa denominadaPeríodo Herrera en razón a que las primeras evidencias de este período cultural se localizaron en cercanías de la "Laguna de la Herrera", jurisdicción del municipio de MOsquera, Cundinamarca; y se caracterizaron como el primer hallazgo con evidencias cerámicas que corresponden a los inicios y primeras prácticas de alfarería desarrollada en la sabana cuya antiguedad se calcula, mediante las pruebas de carbono, en 3300 años. [1300 años a.p.]
Por lo anterior, y según evidencias arqueológicas hasta ahora descubiertas en Sopó, puede afirmarse que el hombre más antiguo del municipio tiene aproximadamente 3.000 años.
Los vestigios del Período Herrera-Sopó fueron localizados en la Vereda de Meusa, sector el Muelle; y las evidencias rescatadas corresponden a fragmentos de vasijas de cerámica, cuyo estilo, composición, estudio y datación, sitúan dichas evidencias , en el "Período Herrera", comprobándose así que en Sopó se registró un poblamiento anterior al período Muisca, por tanto los primeros pobladores del valle soposeño fueron los habitantes del Período Herrera.
Con relación a la cultura Muisca del altiplano, es importante tener en cuenta que los registros de su poblamiento en las sabanas, mesetas y valles andinos, datan aproximadamente desde el año 700. En Sopó el arqueólogo sueco Gustaf Bólinder en el año de 1935 localizo en el sitio "Altamira" evidencias del poblamiento temprano de los muiscas. “Altamira” es una zona que en tiempos muiscas perteneció a la ancestral Queca-Cueca.
La excavación dirigida por Bolinder, registró 42 tumbas, dos de ellas con entierro múltiple, una con 5 cuerpos y otra con 3. Probablemente estas tumbas de entierro múltiple contenían los restos de los Sybyntibas y su familia. Las otras presentaron restos de un solo cuerpo. Las practicas de inhumación que presentaron las tumbas de Sopó, tienen similitudes con otros hallazgos en la sabana que también corresponden al Período Temprano Muisca.
Las características destacadas por Bolinder en el cementerio Muisca de Sopó son entre otras: su cercanía a la quebrada, la profundidad de las tumbas de aproximadamente 1.80 metros, el ajuar funerario, vasijas ceremoniales pintadas en colores rojo y negro, adornos como collares tallados finamente en piedra, copas musicales entre otros utensilios y por cada cuerpo un chorote. Una de las copas llamó la atención del arqueólogo, pues al mover la pieza, esta emitía desde su base un sonido que fue descrito como tintineo o cascabeleo musical.
Otro hallazgo de suma importancia para la prehistoria de Sopó, fueron dos Urnas Ofrendatarias de estilo antropomorfo, localizadas en un lugar no muy distante del área del cementerio y con mayor cercanía a la cima de la montaña. La mayor cercanía a la cima, indica que la montaña de Altamira era un sitio ceremonial y sagrado para los Muiscas de Queca-Cueca, donde depositaban los pagamentos a la madre tierra.Los vestigios del Período Herrera-Sopó fueron localizados en la Vereda de Meusa, sector el Muelle; y las evidencias rescatadas corresponden a fragmentos de vasijas de cerámica, cuyo estilo, composición, estudio y datación, sitúan dichas evidencias , en el "Período Herrera", comprobándose así que en Sopó se registró un poblamiento anterior al período Muisca, por tanto los primeros pobladores del valle soposeño fueron los habitantes del Período Herrera.
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Vasijas Muiscas de Sopó Tomado de: Sopó Historia Mitos y Muiscas |
![]() Collar Muisca tallados en piedra |
Las características destacadas por Bolinder en el cementerio Muisca de Sopó son entre otras: su cercanía a la quebrada, la profundidad de las tumbas de aproximadamente 1.80 metros, el ajuar funerario, vasijas ceremoniales pintadas en colores rojo y negro, adornos como collares tallados finamente en piedra, copas musicales entre otros utensilios y por cada cuerpo un chorote. Una de las copas llamó la atención del arqueólogo, pues al mover la pieza, esta emitía desde su base un sonido que fue descrito como tintineo o cascabeleo musical.
De las urnas de Queca según los registros de la excavación, sólo una contenía ofrenda, en tanto que la otra se encontró vacía. La urna que contenía la ofrenda, tenía una figura con un báculo en la mano.
El báculo o bastón dentro de la simbología muisca significaba respeto y jerarquía y según las leyes, el báculo sólo podía ser utilizado por el Jefe o Cacique de una Aldea. De acuerdo a lo anterior La Urna de la figura con báculo necesariamente correspondía a una ofrenda o pagamento del Jefe Sybintyba de Queca.
En cuanto a la segunda Urna, surgen algunas preguntas: por ejemplo: ¿por qué los muiscas depositaron una urna ofrendataria vacía?, acaso alguien se anticipo a “recolectar las ofrendas”?. Sobre los rituales de pagamento, sabemos que eran sagrados y por tanto las urnas jamás se "entregaban" o devolvían a la tierra vacías, pues el ritual significaba agradecimiento y/o pagamento de la colectividad y las urnas, según los cronistas, eran depositadas rebosantes de ofrendas!.
Enlace relacionado:
http://ruborpuebloscundinamarca.blogspot.com/2009/05/fundacion-de-sopo.html
http://ruborpuebloscundinamarca.blogspot.com/2012/03/sopo-1896-decreto-presidencial.html
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