JOSE ANTONIO GALAN
PERSECUCION Y JUICIO A LOS LIDERES COMUNEROS
Firmadas las capitulaciones en Zipaquirá, El Arzobispo Caballero y Góngora regresa a Santafé con el firme propósito de disponer preparativos para realizar una expedición de pacificación por los "tumultuosos pueblos", entre los que recorrería Tunja, sus alrededores y las villas de Santander, llamadas entonces del Socorro. El Arzobispo inició su correría el 25 de Junio de 1781, escoltado por el comandante Berbeo y algunos de sus hombres.
Mientras tanto, Galán que había partido de las tierras de Nemocón desde el día 25 de Mayo, en cumplimiento de las instrucciones de su comandante Berbeo; al momento de la firma de las capitulaciones en Zipaquirà, se encontraba recorriendo las aldeas y villas, arengando a los trabajadores y nombrando en cada lugar capitanes para que se encargasen de controlar, armar y dirigir la gente.
Tal circunstancia ocasionó que Galán, tardara en conocer el desenlace de los acontecimientos en Zipaquirá y fue la razón por la que aún después de la firma de las capitulaciones, el líder continuase en el cumplimiento de su misión, como era la de impulsar levantamientos en las haciendas y villas.
Las acciones de Galán prosiguieron por tanto, algunos días después de la firma de las Capitulaciones, y las autoridades junto a otros personajes, encauzaron la atención sobre los hechos que provocaba el Comunero en su paso por los pueblos, pues estos no sólo le comprometían, sino, que eran el testimonio de su influencia y facilidad para "envalentonar" las gentes.
No obstante, dicen sus biógrafos; en los documentos del juicio quedó demostrado que Galán tan pronto recibió la comunicación de Berbeo, aceptó respetuosamente las nuevas instrucciones, e impartió órdenes a sus capitanes de Ambalema y demás pueblos, para desmontar los campamentos y retirarse.
Al respecto es de tener en cuenta, que las intenciones del Tribunal de la Audiencia una vez firmadas las capitulaciones, eran las de aprehender a los líderes de la insurrección, como lo confirman las inmediatas órdenes de captura que fueron expedidas.
La actuación del tribunal produjo alarma en las juntas de notables, pues consideraban que con dichas órdenes se corría el riesgo de reactivar la sublevación; y la Junta Asesora de Los Comuneros presentó al virrey un memorial con fecha 1o. de Julio, en el que suplican ordene el regreso de las tropas enviadas desde Santafe, porque esta acción podría ser: "un nuevo motivo para que las poblaciones conmovidas no dejasen sus inquietos movimientos".
El mensaje fue atendido parcialmente, pues en los anales figuran registros de cruentas jornadas de persecución en las que capturaron y decapitaron numerosos comuneros.
Es probable que Galán, al conocer las disposiciones donde se ordenaba la persecusión y captura de los comuneros, emitidas antes de cumplirse siquiera treinta días de la firma de las capitulaciones, le hicieran reflexionar sobre los verdaderos propósitos del gobierno y del tribunal, y en consecuencia una de las razones por las que días después el Líder José Antonio Galán, decide por su propia cuenta, comunicar a sus hombres y capitanes, que continuaba el levantamiento y se rechazaba el acuerdo de Zipaquirá.
El Tribunal
Con fecha 14 de Julio de 1781, el Tribunal expide la orden de captura en contra del Capitán de los Comuneros Josef Antonio Galán Zorro (sic.), sus dos hermanos y toda guardia y custodia que le acompañe. La orden fue dirigida a los alcaldes de todos los pueblos y contenía además recompensa para quien diera información y/o ayudara a capturarlo vivo o muerto.
El 28 de Julio de 1781, según documento, los integrantes de la Junta asesora de Berbeo: Salvador Plata, Francisco Rosillo, Antonio Monsalve y otros, otorgaron poder para que por instrumento público Las Capitulaciones firmadas en Zipaquirá fueran declaradas inválidas.
Reconocida la Invalidez de la firma de las capitulaciones, el Tribunal procedió a abrir juicio en contra de Juan Francisco Berbeo, Ambrosio Pisco, José Antonio Galán Zorro y otros capitanes.
Juan Francisco Berbeo
Inculpado por Salvador Plata, Rosillo y otros, fue puesto en prisión. Después de meses de prisión y numerosas indagaciones, fue finalmente exonerado y dejado en libertad, gracias a la declaración del entonces Arzobispo Virrey Caballero y Góngora, quien manifestó ante el Tribunal, que Berbeo en Zipaquirá se había esforzado en controlar las gentes y que gracias a estas acciones del Comandante, no sólo se evitaron desmanes mayores sino la entrada de los comuneros a la Capital.
El Arzobispo Caballero y Góngora
El Arzobispo y más tarde Virrey, efectuó con los comuneros una notable gestión de diplomacia, como puede observarse en sus informes sobre los acontecimientos, enlos que entre otras reflexiones se encuentran las siguientes:
[...]Hallándolos así divididos por sus propios intereses, me aproveche con facilidad de su misma división... si este movimiento triunfa, nos encontraremos ante la inminente perdición del reino[...]
[...] la inexplicable miseria de este país los ha despeñado a tan grandes atentados[...]
[...]abrumados estos moribundos vasallos con tan pesada carga, no pueden ya llevarla sin la costa de acabar de perder sus débiles haciendas y trabajosas vidas[...]
Ambrosio Pisco
Perseguido, detenido, fue expropiado de sus bienes y junto con su esposa y su sobrino Luis Pisco mandados a prisión el día 4 de septiembre de 1781. Condenado a muerte, le fue conmutada la pena por prisión perpetua en las bóvedas de Cartagena; donde permaneció hasta 1782 cuando procedente de España llegó el indulto firmado por el Rey. Enfermo regresó a Chía y allí fallecio en 1785.
José Antonio Galán Zorro
La orden de arresto en contra del Capitán de los Comuneros entre otras recomendaciones expresaba: "si llegare el caso de no ser suficientes para reducirlos a segura prisión, usará la fuerza y violencia, hiriendo y matando, ofreciendo precio por sus cabezas..." .
A partir del 14 de julio de 1781 fecha de la orden en mención, El comunero de los comuneros a pesar de la persecusión, persistió en su rebeldía contra el gobierno colonial, y en compañía de hombres leales que le seguían, remontó provincias, pueblos y ciudades proclamando equidad y justicia para el pueblo al tiempo que con ingenio evadía a sus perseguidores.
Según documentos anexos al juicio, Galán además de provocar levantamientos y sendos motines en distintas poblaciones, recibía incondicional apoyo en cada lugar por donde pasaba, y su influencia se extendió y fue el origen de rebeliones en ciudades lejanas.
El historiador Cárdenas Acosta cita algunas ciudades donde se registraron levantamientos, que recibieron influencia de Galán; entre éllas: la ciudad de Neiva en el mes de junio de 1781, Honda el 23 del mismo mes, Zipaquirá en Agosto 3 y Tocaima en Agosto 6, como consta en documento con fecha septiembre de 1781.
Según los informes, Galán recibía continuos mensajes desde diferentes sitios y en el mes de Septiembre se desplazó hasta el Socorro, pues de allí había recibido numerosos "chasquis" (mensajes) de sus capitanes, que en más de ocho pueblos esperaban sus órdenes: "hora a hora para acometer la empresa"; algunos de estos mensajes terminaban: !Viva Dios, Viva nuestra sangre, Viva nuestro señor Soberano y muera su mal gobierno!.
La épica aventura del inmortal comunero y de los leales hombres que le escoltaron y siguieron hasta el último día, contó además con benefactores secretos que le resguardaron, apoyaron y protegieron hasta el último momento.
El 12 de octubre de 1781, hacia la media noche, en el sitio de Chaguanete, jurisdicción de Onzaga, Galán y algunos de sus capitanes, a sangre y fuego fueron apresados por un grupo de hombres que comandaba Salvador Plata, el mismo que otrora integrara la Junta Asesora de los Comuneros, quien desde días atrás, de su propio patrimonio, había ofrecido una importante recompensa y en diversos puntos tenía espías dispuestos para que le informaran todo movimiento.
Las declaraciones citan, que Plata ordenó traer un herrero para que le pusiera los grillos y cadenas al Líder prisionero; pero que en todo el contorno, a pesar de la buena paga que ofrecía, ningún herrero quiso atender tal petición!.
CONDENA A GALAN
[...] Siendo, pues, forzoso dar satisfacción al público y usar de severidad, lavando con la sangre de los culpados los negros borrones de infidelidad con que han manchado el amor y ternura con que los fieles habitantes de este reino gloriosamente se lisonjean de obedecer a su Soberano, condenamos a José Antonio Galán a que sea sacado de la cárcel, arrastrado y llevado al lugar del suplicio, donde sera puesto en la horca hasta que naturalmente muera. Que bajado, se le corte la cabeza, se divida su cuerpo en cuatro partes y pasado el resto por las llamas (para lo que se encenderá una hoguera delante del patíbulo), su cabeza será conducida a las Guaduas, teatro de sus escandalosos insultos, la mano derecha puesta en la plaza del Socorro; la izquierda en la villa de San Gil; el pié derecho en Charalá; y el pié izquiero en el lugar de Mogotes, [y] declarada por infame su descendencia, ocupados todos sus bienes y aplicados al real fisco; asolada su casa y sembrada de sal, para que de esta manera se dé al olvido su infame nombre y acabe con tan vil persona, tan detestable memoria, sin que quede otra cosa que el odio y espanto, que inspira la fealdad del delito[..]
Josef Antonio Galán Zorro, fue ejecutado el 1o. de febrero de 1782.
Doscientos años después de la macabra condena proferida por el tribunal colonial de Santafé, los indescriptibles actos decretados y cometidos en contra del cadáver del prócer, hoy, aún sorprenden por su crueldad!
Paz en la tumba del líder comunero, paz para su descendencia y perdón para sus agresores!
Tomado archivos Biblioteca Nacional |
Tal circunstancia ocasionó que Galán, tardara en conocer el desenlace de los acontecimientos en Zipaquirá y fue la razón por la que aún después de la firma de las capitulaciones, el líder continuase en el cumplimiento de su misión, como era la de impulsar levantamientos en las haciendas y villas.
Las acciones de Galán prosiguieron por tanto, algunos días después de la firma de las Capitulaciones, y las autoridades junto a otros personajes, encauzaron la atención sobre los hechos que provocaba el Comunero en su paso por los pueblos, pues estos no sólo le comprometían, sino, que eran el testimonio de su influencia y facilidad para "envalentonar" las gentes.
No obstante, dicen sus biógrafos; en los documentos del juicio quedó demostrado que Galán tan pronto recibió la comunicación de Berbeo, aceptó respetuosamente las nuevas instrucciones, e impartió órdenes a sus capitanes de Ambalema y demás pueblos, para desmontar los campamentos y retirarse.
Al respecto es de tener en cuenta, que las intenciones del Tribunal de la Audiencia una vez firmadas las capitulaciones, eran las de aprehender a los líderes de la insurrección, como lo confirman las inmediatas órdenes de captura que fueron expedidas.
La actuación del tribunal produjo alarma en las juntas de notables, pues consideraban que con dichas órdenes se corría el riesgo de reactivar la sublevación; y la Junta Asesora de Los Comuneros presentó al virrey un memorial con fecha 1o. de Julio, en el que suplican ordene el regreso de las tropas enviadas desde Santafe, porque esta acción podría ser: "un nuevo motivo para que las poblaciones conmovidas no dejasen sus inquietos movimientos".
El mensaje fue atendido parcialmente, pues en los anales figuran registros de cruentas jornadas de persecución en las que capturaron y decapitaron numerosos comuneros.
Es probable que Galán, al conocer las disposiciones donde se ordenaba la persecusión y captura de los comuneros, emitidas antes de cumplirse siquiera treinta días de la firma de las capitulaciones, le hicieran reflexionar sobre los verdaderos propósitos del gobierno y del tribunal, y en consecuencia una de las razones por las que días después el Líder José Antonio Galán, decide por su propia cuenta, comunicar a sus hombres y capitanes, que continuaba el levantamiento y se rechazaba el acuerdo de Zipaquirá.
El Tribunal
Con fecha 14 de Julio de 1781, el Tribunal expide la orden de captura en contra del Capitán de los Comuneros Josef Antonio Galán Zorro (sic.), sus dos hermanos y toda guardia y custodia que le acompañe. La orden fue dirigida a los alcaldes de todos los pueblos y contenía además recompensa para quien diera información y/o ayudara a capturarlo vivo o muerto.
El 28 de Julio de 1781, según documento, los integrantes de la Junta asesora de Berbeo: Salvador Plata, Francisco Rosillo, Antonio Monsalve y otros, otorgaron poder para que por instrumento público Las Capitulaciones firmadas en Zipaquirá fueran declaradas inválidas.
Reconocida la Invalidez de la firma de las capitulaciones, el Tribunal procedió a abrir juicio en contra de Juan Francisco Berbeo, Ambrosio Pisco, José Antonio Galán Zorro y otros capitanes.
Juan Francisco Berbeo
Inculpado por Salvador Plata, Rosillo y otros, fue puesto en prisión. Después de meses de prisión y numerosas indagaciones, fue finalmente exonerado y dejado en libertad, gracias a la declaración del entonces Arzobispo Virrey Caballero y Góngora, quien manifestó ante el Tribunal, que Berbeo en Zipaquirá se había esforzado en controlar las gentes y que gracias a estas acciones del Comandante, no sólo se evitaron desmanes mayores sino la entrada de los comuneros a la Capital.
El Arzobispo Caballero y Góngora
El Arzobispo y más tarde Virrey, efectuó con los comuneros una notable gestión de diplomacia, como puede observarse en sus informes sobre los acontecimientos, enlos que entre otras reflexiones se encuentran las siguientes:
Expediente del Zipa Comunero Ambrosio Pisco Archivos Biblioteca Nacional |
[...] la inexplicable miseria de este país los ha despeñado a tan grandes atentados[...]
[...]abrumados estos moribundos vasallos con tan pesada carga, no pueden ya llevarla sin la costa de acabar de perder sus débiles haciendas y trabajosas vidas[...]
Ambrosio Pisco
Perseguido, detenido, fue expropiado de sus bienes y junto con su esposa y su sobrino Luis Pisco mandados a prisión el día 4 de septiembre de 1781. Condenado a muerte, le fue conmutada la pena por prisión perpetua en las bóvedas de Cartagena; donde permaneció hasta 1782 cuando procedente de España llegó el indulto firmado por el Rey. Enfermo regresó a Chía y allí fallecio en 1785.
José Antonio Galán Zorro
La orden de arresto en contra del Capitán de los Comuneros entre otras recomendaciones expresaba: "si llegare el caso de no ser suficientes para reducirlos a segura prisión, usará la fuerza y violencia, hiriendo y matando, ofreciendo precio por sus cabezas..." .
Josef Antonio Galán Zorro 1741 - 1782 Precursor, Prócer y mártir |
Según documentos anexos al juicio, Galán además de provocar levantamientos y sendos motines en distintas poblaciones, recibía incondicional apoyo en cada lugar por donde pasaba, y su influencia se extendió y fue el origen de rebeliones en ciudades lejanas.
El historiador Cárdenas Acosta cita algunas ciudades donde se registraron levantamientos, que recibieron influencia de Galán; entre éllas: la ciudad de Neiva en el mes de junio de 1781, Honda el 23 del mismo mes, Zipaquirá en Agosto 3 y Tocaima en Agosto 6, como consta en documento con fecha septiembre de 1781.
Según los informes, Galán recibía continuos mensajes desde diferentes sitios y en el mes de Septiembre se desplazó hasta el Socorro, pues de allí había recibido numerosos "chasquis" (mensajes) de sus capitanes, que en más de ocho pueblos esperaban sus órdenes: "hora a hora para acometer la empresa"; algunos de estos mensajes terminaban: !Viva Dios, Viva nuestra sangre, Viva nuestro señor Soberano y muera su mal gobierno!.
La épica aventura del inmortal comunero y de los leales hombres que le escoltaron y siguieron hasta el último día, contó además con benefactores secretos que le resguardaron, apoyaron y protegieron hasta el último momento.
El 12 de octubre de 1781, hacia la media noche, en el sitio de Chaguanete, jurisdicción de Onzaga, Galán y algunos de sus capitanes, a sangre y fuego fueron apresados por un grupo de hombres que comandaba Salvador Plata, el mismo que otrora integrara la Junta Asesora de los Comuneros, quien desde días atrás, de su propio patrimonio, había ofrecido una importante recompensa y en diversos puntos tenía espías dispuestos para que le informaran todo movimiento.
Las declaraciones citan, que Plata ordenó traer un herrero para que le pusiera los grillos y cadenas al Líder prisionero; pero que en todo el contorno, a pesar de la buena paga que ofrecía, ningún herrero quiso atender tal petición!.
CONDENA A GALAN
Documento de la condena Archivos Blaa |
Josef Antonio Galán Zorro, fue ejecutado el 1o. de febrero de 1782.
Doscientos años después de la macabra condena proferida por el tribunal colonial de Santafé, los indescriptibles actos decretados y cometidos en contra del cadáver del prócer, hoy, aún sorprenden por su crueldad!
Paz en la tumba del líder comunero, paz para su descendencia y perdón para sus agresores!
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