Septiembre 20, 2010 6:00 am
"Si no le gusta, vaya a "Quejarse al Mono de la Pila', decían los abuelos cuando se querían deshacer de las protestas de sus hijos o nietos. Esa era su última palabra. Cuando decían eso, no había que insistir más. La batalla estaba perdida.
Tomado: Museo Nacional |
Y, por supuesto, nadie iba hasta el Mono de la Pila. Porque, entre otras cosas…. ¿Dónde está el Mono de la Pila?
Cuentan los que saben, es decir los historiadores, que el Mono de la Pila estaba ubicado en plena Plaza de Bolívar, que para la época de la Independencia era la Plaza Mayor, en donde se hacía el mercado. A la pila se iba a buscar el agua. Le acortaba a los paisanos el viaje hasta los ríos San Agustín y San Francisco.
Así lo narra el Oidor Don Alonso Pérez de Salazar, licenciado del consejo de su Majestad y juez del Reino de Nueva Granada e ideólogo de la pila, en uno de sus escritos: "Como para la utilidad y necesidad que esta República ha tenido de una fuente de agua y ornato della, mandamos hacer en la plaza pública una fuente de agua; y para que si los vecinos desta ciudad quisiesen alguna paja de agua para su casa, pagando por cada una della cincuenta pesos de oro corriente la pudiesen haber y tomar".
Las mamás de aquel entonces enviaban a sus hijos a traer el agua del Mono de la Pila. Y los chiquillos tenían que hacerlo, nada contentos por el esfuerzo que les significaba. Entonces llegaban allá quejándose. Y empezaban las quejas desde el mismo momento en que les decían que tenían que ir. Por eso las madres también les decían 'vaya a quejarse al Mono de la Pila'. Y el pequeñín regresaba con su buena cantidad de agua y ya sin ganas de refunfuñar. Lo había hecho ante el Mono.
En 1846 el Mono de la Pila, que había sido hecho en 1583, 'salió a volar de allí', cuando decidieron reemplazarlo por la estatua de Simón Bolívar, y fue a parar a la plazoleta de San Victorino, en donde estuvo unos años. Después lo trasladaron a la plazoleta de San Carlos, hoy llamada Rufino José Cuervo, en la calle 10 entre carreras sexta y séptima, frente a la iglesia de San Ignacio.
En 1890, el Gobierno Nacional construyó allí un jardín y mejoró la base de la fuente, respetando la columna histórica, que por más de tres siglos había sido gala de la ciudad.
En el mismo año, 'El Mono' fue trasladado al Museo Nacional, en la sede de las casa de las Aulas. En 1922, el Museo Nacional se trasladó al edificio Pedro A. López, ubicado en la Avenida Jiménez entre carreras Séptima y Octava y se llevó consigo al Mono de la Pila.
En 1940 regresó a la casa de las Aulas, hoy en día Museo de Arte Colonial (carrera 6 # 9-77), en donde permanece y a donde llegan muchos bogotanos a lanzar sus monedas del deseo.
La figura, que actualmente mide 4,12 metros, por varias adaptaciones que se le han hecho con el tiempo, está dividida en seis partes y fue construida aproximadamente en 1583 por orden del Cabildo santafereño.
En la parte más alta de la pila está 'El Mono', que es la figura de San Juan Bautista niño, que era de cabello rubio; seguido por los escudos de armas del Reino de Nueva Granada, puesto por los virreyes; y más abajo, una taza o pileta sobre una plataforma circular.
Para los bogotanos que creen que han visto al Mono de la Pila frente al Hotel Tequendama (calle 27 con carrera Séptima), no se engañen. Esa es una réplica que le regalaron a la ciudad en 1960.
Así es que ya sabe a dónde ir a quejarse. Lo mejor es que es gratis. Como el Museo de Arte Colonial está abierto de martes a domingo, de 9 de la mañana a 5 de la tarde, si le da por quejarse a otra hora, le tocará irse para la réplica de la calle 26. Nada que hacer. Y si no le gusta, pues vaya a quejarse al Mono de la Pila.
gracias
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