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lunes, 6 de mayo de 2013

DON ANTONIO NARIÑO, HIDALGO CABALLERO, Y VISIONARIO DE LA LIBERTAD Y LA PATRIA

Por:
Luis Antonio Murcia Castillo
Miembro correspondiente de la Academia de Historia de Cundinamarca y
V/presidente del Centro de Historia de Pacho.


Don Antonio Nariño y Alvarez
Archivos virtuales Blaa.
Para todos los cundinamarqueses, el: 16 de julio de 2013 es una fecha inolvidable por cuanto en ella celebran con sentimiento patrio, el  Bicentenario de la declaración de independencia absoluta del dominio español,; ocasión propicia para que  sus habitantes, rindan  sentido homenaje de admiración y gratitud, al  gran Precursor, Don Antonio Nariño, quien merece ser reconocido y con mucha razón: “el colombiano de todos los tiempos”,
De Don Antonio Nariño y Alvarez, se ha evocado y exaltado a través del los años,, aunque no con justicia suficiente, la eminencia de su figura como estadista, político  y militar; como escritor, periodista, hombre de vida social, esposo, padre y amigo, entre muchas otras de sus admirables cualidades personales.
Sin embargo, unidos a ese noble sentir de gratitud y admiración que se le debe  a este cundinamarqués insignia, en estas breves líneas se hará referencia a otros dos rasgos fulgurantes de su vida, como fueron: su hidalguía y caballerosidad, y así mismo su  visión futurista y profética de la libertad y de la Patria  que tan heroicamente gestó y vio  nacer.
El General Nariño, estuvo dotado de un espíritu de nobleza e hidalguía que le confería siempre a su figura un aire de franqueza y bondad magnetizantes. En  actos decisivos como la arriesgada traducción y publicación de los Derechos del Hombre que tantos padecimientos físicos y morales le ocasionaron, en el doloroso alejamiento involuntario de su esposa e hijos,  ya en el gobierno, desde el periódico o en el campo de combate, mostró el Precursor su indeclinable amor patrio, tanto que hablar de Nariño es evocar a la Patria, según  la afortunada expresión de don Tomás Rueda Vargas...
Actitudes de Don Antonio Nariño como aquella donde conociendo la misión del visitante que tocaba a su puerta,   quien  traía el designio de asesinarlo por encargo de sus adversarios políticos, él lo recibe, con tales muestras de  confianza y generosidad y le entrega las llaves para que una vez cometido el mortal propósito,  el posible homicida pueda sin complicaciones cerrar y marcharse.
El designado para la fatal misión, se avergüenza ante la hidalga actitud de don Antonio  y  le entrega el puñal que llevaba oculto, le devuelve las llaves y da testimonio de su admiración y arrepentimiento ante la grandeza espiritual del  Precursor.
Episodios como aquellos donde en un acto de fe y confianza suprema, el Héroe, encomienda sus ejércitos y sus actos para la defensa de Santafé, a la Protección Divina de Jesús de Nazareth, y   milagrosamente obtiene la victoria, ante un ejército muchas veces superior al suyo en armas, hombres y  posición estratégica, como era el que dirigía Baraya aquella mañana del 9 de enero de 1813. Luego, antes que ejercer venganza alguna contra sus enemigos vencidos, los perdona, los auxilia generosamente y los devuelve sin el menor agravio a sus hogares y dignidades.
Otra  situación donde al verse rodeado de enemigos, con su caballo muerto,   arriesgando la vida combate junto a sus hombres, y luego cuando ya no había más que hacer por la Libertad de la Patria, se presenta dignamente ante sus perseguidores y ante el adversario español para abogar por la libertad y el respeto a la vida de  los soldados que habían combatido junto a él hasta los Ejidos de Pasto...                                                                                                          
De idéntica manera,  Nariño en sus periódicos, discursos y cartas, anunciaba y denunciaba  con certera y  profética visión,  las desgracias que en pocos años sobrevinieron a la patria naciente como ocurrió con la trágica reconquista o  las luchas fratricidas que hasta hoy han desangrado al país.
Así mismo, en su memorable defensa ante el Congreso de Cúcuta, el Prócer lamentaba el triste destino futuro de Colombia, con estás palabras::”Qué será de nuestra Patria si comienza por donde otras se han acabado
-en metafórica alusión al  régimen de anarquía en que naufragaba el Imperio  Romano, durante  el gobierno de  Tiberio-.

2 comentarios:

  1. Sentido agradecimiento a la ilustre historiadora cundinamarqueza Ruth Bohórquez, por presentar este artículo alusivo a nuestro insigne prócer Nariño e igualmente, muchas gracias a los amables lectores. Nuestro Precursor nos ha dejado valiosas enseñanzas para recuperar y acrecentar la grandeza humana e histórica de Cundinamarca y la Patria entera tan decaidas por la carencia del sentido de pertenencia e identidad de sus hijos y la pérdida de su memoria histórica. Su luminoso ejemplo de grandeza moral, de intelectualidad, de valentía patriótica y confianza plena en los valores eternos, proveerán a nuestras jóvenes generaciones la fuerza eficaz para romper las nuevas formas de esclavitud que azotan a nuestra sociedad y llevarla a conquistar la dignidad y la libertad hasta hoy esquivas, pues como él tan sabiamente lo expresó:" De nada sirven la independencia y la libertad si la Paz no las corona".

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    1. Yo, el autor de estas palabras de homenaje a nuestro gran precursor, agradezco a la compañera Historiadora Doña Ruth Bohórquez, su gentileza al conservar en este medio informativo cultural, mi pequeño pero sentido aporte a la historia cundinamarqueza. Exitos en su noble labor.

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