POR: EL ACADEMICO DON HECTOR HORACIO CHIMBI MATIZ
DESDE NOCAIMA, CUNDINAMARCA, MAYO 17 DE 2013.
La celebración del Bicentenario de la Independencia de nuestro Departamento debe ir más allá de la solemnidad de los actos conmemorativos de este magno acontecimiento. Es posible que de él surjan infinidad de expresiones nacidas del amor y afecto en una fecha tan señalada, tales como monumentos a los hombres y mujeres ilustres, memorias para exaltar las grandes realizaciones de gobiernos y entidades, parques del Bicentenario, estandartes conmemorativos, medallas, condecoraciones, estampillas, homenajes a los grandes servidores, festivales folclóricos, menciones honoríficas, acciones para recuperar y preservar el patrimonio del legado cultural, desfiles escolares, paradas militares, cabalgatas, exposiciones agropecuarias, industriales y empresariales, celebraciones religiosas, discursos, presentaciones artísticas y muchas más muestras del fervor cundinamarqués ante el día más glorioso de nuestra historia. Pero ninguna manifestación será tan significativa como las actividades que se realicen para proyectar el gran acontecimiento hacia el futuro de nuestra sociedad cundinamarquesa, mediante la recuperación de la enseñanza de la historia en nuestro sistema educativo...
El Bicentenario debe convocar a todos los estamentos de la sociedad cundinamarquesa para buscar que el conocimiento de la historia sea un patrimonio y parte esencial del concepto de cundinamarquesidad que a partir de ahora nos debe distinguir con identidad propia ante todos los entes territoriales de la nación.
Las autoridades que lideran la educación a nivel nacional, departamental y municipal, los directivos de los establecimientos públicos y privados de educación preescolar, básica (primaria y secundaria) media y superior, deben comenzar un diálogo permanente con las academias de historia sobre la manera como todas las instituciones escolares van a contribuir a la formación histórica de sus estudiantes de educación formal y no formal de Cundinamarca. Sin embargo, hay un amplio espacio para la formación histórica de todos los cundinamarqueses mediante la educación informal que también es parte de nuestro sistema educativo.
A este respecto, la enseñanza de la historia universal, nacional, departamental, municipal, familiar (genealogías y valores) e institucional, tales como iglesias, colegios, universidades, sindicatos, clubes, equipos y otras entidades objeto de conocimiento, se puede realizar mediante transmisiones radiales de las emisoras comunitarias, televisión, periódicos, revistas, foros municipales y regionales de historia, centros de historia municipales afiliados a la Academia de Historia de Cundinamarca, centros infantiles y juveniles de historia, concursos departamentales y municipales de historia, talleres, mesas redondas, conferencias, investigaciones, tertulias y excursiones, serán formas muy eficaces para lograr que la historia se convierta en la cotidianidad de los cundinamarqueses y ojalá, de todos los colombianos.
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