Por: Uriel Ortiz Soto
Querido lector, antes de empezar a leer esta columna, te aconsejo, sentarte bien, respirar profundo y cuando termines, piensa en lo ingenuos que somos, que cada que hay elecciones para renovar Congreso de la República, siempre elegimos los mismos con las mismas.
Los mismos holgazanes, sinvergüenzas y ausentistas, que durante el cuatrienio que termina han sido la peor vergüenza para nuestra Democracia. De los 262 Congresistas, 70 se encuentran en líos con la Justicia, buena parte de ellos, presos; otros, en la antesala de la prisión; y casi todos esperando ser llamados a rendir versión libre o indagatoria por presuntos delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones como Senadores o Representantes.
Debemos tomar conciencia para que el próximo 14 de Marzo votemos por verdaderos ciudadanos que les duela las regiones que van a representar y sobre todo el futuro de nuestro País y el porvenir para las presentes y futuras generaciones. Antes de votar por determinado candidato, piensa muy bien quién es, qué programa legislativo va a desarrollar en bien de tu departamento, municipio, corregimiento o vereda.
Además, de las vergüenzas y frustraciones que nos han causado los actuales Congresistas, es bueno querido lector, te des cuenta, cuánto le cuesta al erario público, - que se alimenta de los impuestos que los ciudadanos pagan al Estado-, sostener toda esta parafernalia, que para peor desgracia se llama, Congreso de la República:
1º- Sueldo básico de un Congresista: $5.088.646.oo, mensuales
2º- Gastos de Representación de un Congresista: $9.046.485.oo, mensuales
3º-Subsidio de vivienda de un Congresista: $5.496.999.oo, mensuales
4º- Prima de bienestar y salud de un Congresista: $ 1.413.508.oo, mensuales. Total devengado mensualmente: $21.045.638.oo, mensuales. (Veintiún millones, cuarentaicinco mil seiscientos treintaiocho pesos).
Si multiplicamos la cifra anterior por 12 meses, establecemos que al año un Congresista solamente en persona, sin tener en cuenta otros rubros, le cuesta al Estado, la friolera de: $252.547.650 (doscientos cincuenta y dos millones, quinientos cuarentaisiete mil, seiscientos cincuenta pesos). Esto sin incluir las prestaciones sociales, donde muchas veces las curules se ceden por seis meses, con el fin de permitir que el amigo fiel y colaborador, complete su tiempo para pensionarse como Congresista. Estos son los llamados carruseles legislativos de los que tanto se ha hablado, pero que ninguna autoridad ha metido en cintura.
Fuera de lo anterior, que puede interpretarse como gastos primarios y de menor cuantía; "el honorable Padre de la Patria" tiene derecho a los siguientes beneficios:
1º- Prima de mitad de año
2º- Prima de Navidad
3º- A nombrar un equipo de colaboradores, como mínimo cinco, dentro de las llamadas: UTL, Unidades de Trabajo Legislativo, que por lo regular son personas que poco permanecen en Bogotá y se dedican a hacer proselitismo político en nombre de su jefe.
4º- Esquema de Seguridad: Si el "Honorable Padre de la Patria," es de los que suele rasgarse las vestiduras con discursos veintejulieros en defensa de los intereses de sus regiones y otros temas, su esquema de seguridad es más severo y a todas partes donde se desplace, toca llevarlos para que le cuiden sus andanzas.
5º- Tiquetes aéreos nacionales e internacionales.
6º- Servicios de telefonía nacional e internacional.
7º- Derechos de franquicia nacional e internacional.
8º Un vehículo blindado con conductor, libre de combustible.
En síntesis, de acuerdo a los anteriores estimativos, el costo de un Congresista por mes, le sale al Estado,- a los Contribuyentes-, en $83.333.333.oo (ochenta y tres millones trescientos treinta y tres mil, trescientos treinta y tres pesos), mensuales. Estos multiplicado por 12 meses al año, tenemos que son: $1000.000.000.oo (un mil millones de pesos). Como el período de un Congresista es de cuatro años o sea 48 meses, tenemos que durante todo el período constitucional, para el cual fue elegido por el ingenuo y sufrido pueblo colombiano, le ha costado al Estado y a los Contribuyentes la suma de: $4.000.000.000.oo (cuatro mil millones de pesos). Lo anterior, si es Congresista honrado, porque si es chanchullero, de los que cobran peaje hasta por una sonrisa, sabrá Dios cuánto podrá devengarse.
Todos estos rubros están reconocidos por la Ley 1992, que, para peor desfachatez, los Senadores: Aurelio Iragorri, Eduardo Enríquez y Carlos Ferro, están tramitando una reforma para que les sean reajustados en un 45%. Lo que quiere decir, que muy seguramente pasa, por ser potestad de ellos mismos, y en lo sucesivo un Congresista quedaría con un ingreso mensual básico de: $30.516.175.oo (treinta millones, quinientos dieciséis mil, ciento setenta y cinco pesos) Según informes confidenciales de personal que labora en el Congreso, el presupuesto global para su funcionamiento puede ser del orden de cuatro billones de pesos por año.
Para peor desgracia, los resultados son tan pobres, que ante el ausentismo y la desidia legislativa, no se justifica semejante despilfarro. Valdría la pena luchar por todos los medios, para reducirlo a su mínima expresión y convertirlo en un órgano Legislativo Unicameral.
De los electores, depende que el próximo Congreso sea un ejemplo de pulcritud y Democracia.
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